Se entró entonces en el segundo período
activo de operaciones (para ampliar
el anillo defensivo de Sidi Ifni), en
el que la artillería participaría activamente.
El 10 de febrero, la 1.ª Batería
lo hacía en la operación Siroco, de reconocimiento
en fuerza sobre Mesti,
y consiguió destruir varios camiones
enemigos y silenciar sus morteros.
A mediados de febrero, España y
Francia decidían asestar el golpe definitivo
al EdL al desencadenar una
gran ofensiva en todo el AOE, que
implicó la operación Écouvillon, realizada
por unidades francesas, desde
Fort Gouraud; la operación Teide,
en el Sáhara, y la operación Pegaso
en Ifni, durante la cual la 2.ª Batería
del Grupo a Lomo prestaría especial
atención a la ocupación del vértice de
Buyarifen y la 1.ª a las posiciones del
Subsector Sur, que protegían las posibles
penetraciones sobre la capital
desde el sudeste.
Durante las operaciones, también se
actuó como enlace con la aviación,
cuando se designó a un cazabombardero
Heinkel 111 para atacar un objetivo
en profundidad. Los artilleros
debían dirigir la aeronave. Entonces
se contactó con los pilotos, se les informó
de que sobrevolasen el Gurram,
fácilmente identificable, y se les proporcionaron
rumbos y distancias. Tal
y como recoge Borreguero, «el bombardeo
fue un éxito».
«EL GRUPO DE 105/26 LLEGÓ
TARDE». PARTICIPACIÓN EN
COMBATE Y EL FINAL DE LA
CAMPAÑA
Durante la operación Pegaso, el personal
del Grupo Expedicionario continuó
con las misiones asignadas y, el
18 de febrero, la 1.ª Batería del capitán
Durán relevaba a la 2.ª en la posición
de Larbi-Lardik. Por fin, el día 25
se recibían los obuses procedentes
de Las Palmas. Inmediatamente se
procedió a descargarlos del vapor en
las barcazas que, no sin riesgo de zozobrar,
los trasportaron hasta la playa.
La llegada del moderno material coincidió
con la fase final de la operación
Pegaso y la impaciencia del mando
por su empleo se manifestó inmediata,
pues su alcance, cadencia y precisión
facilitaban alcanzar los objetivos marcados.
El día 27 se dio orden a la artillería
valenciana de abandonar sus misiones
secundarias, relevar la posición
de Larbi-Lardik y entrar en posición,
de modo que el puesto de mando del
Grupo se instaló en el Gurram.
La preparación de la unidad quedó
patente cuando, esa misma tarde,
tras realizar los reglamentarios tiros
de ajuste y corrección sobre Buyarifen
y Yd el Hach, la 2.ª Batería rompía un
eficaz fuego sobre diferentes objetivos,
consumiendo 69 disparos. Por
la noche entraba en combate la 1.ª,
cuando, según Adán, «oídos disparos
en la primera línea de posiciones,
solicitaron fuego de apoyo, la batería
realizó una descarga rápida de 16 disparos
sobre un grupo de insurgentes,
obligándole a alejarse de la línea de
la defensa. El enemigo, habituado al
alcance del 105/11, se había situado
fuera de ese radio de acción, encendiendo
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algunas hogueras, que sirvieron
de referencia al fuego artillero del
Expedicionario».
Un día después, el 28 de febrero, el
gobernador de Ifni, general Zamalloa,
recibía una orden de operaciones de
Canarias para desarrollar el tercer ciclo,
consistente en una defensa activa.
En el documento no se contemplaba a
la artillería expedicionaria y ahí nació la
expresión «el Grupo de 105/26 llegó
tarde», que, ampliamente divulgada, ha
hecho pensar que ni siquiera desplegó
y, como apunta Adán, «su presencia
desapareció para la historia».
Muy al contrario, poco después, ante
esa omisión patente, el gobernador
de Ifni, habiendo ya comprobado las
capacidades del Grupo, informaba al
mando de su determinante propósito:
«Emplearé todos los medios de fuego
que tengo a mi disposición, incluido
el Grupo de 105/26»7. En principio, la
orden verbal fue que el Grupo Expedicionario
debía desplegarse en misión
de apoyo directo al Sector Norte y el
Grupo de 105/11 en apoyo directo al
Sector Sur. Sin embargo, Zamalloa
pronto se apercibió de las ventajas de
emplear unidades mixtas para un mejor
cumplimiento de la misión, lo que,
según Adán, «terminó siendo de una
gran eficacia en las operaciones gracias
al mayor alcance, potencia y precisión
de los fuegos». Ello permitió la
modificación general del despliegue
artillero.
El Grupo a Lomo adelantó sus posiciones:
la 2.ª Batería 2 kilómetros al
norte del Gurram, mientras la 1.ª se
posicionó en la cota 496, en las proximidades
de Ajalax. Por su parte, la
2.ª Batería del grupo 105/26, asentada
en las faldas del Gurram, reforzaría
la artillería del Sector Norte,
mientras que la 1.ª haría lo propio en
el Sector Sur, asentada en el cauce
seco del río Ifni, unos 2 kilómetros
al sudeste de Biugra. A partir de entonces,
la artillería, ya bien dimensionada
y contando con suficientes
medios de enlace, desarrolló todas
sus capacidades y proporcionó una
verdadera ventaja operativa sobre el
enemigo.