BREVE RECORRIDO POR
LA HISTORIA MILITAR DE
MELILLA
Amadeo Flores Mateo
Teniente coronel de Artillería
INTRODUCCIÓN
Cuando alguien se acerca a Melilla la
primera imagen que se presenta ante
sus ojos es la impresionante fortaleza
de piedra con altos torreones y soberbias
murallas que se ofrece al visitante
como invitándole a conocer
su pasado remoto. Una imagen que
evoca tiempos legendarios, de heroicos
soldados; que nos habla de rigor,
austeridad y de los duros momentos
que tuvieron que soportar dentro de
ese reducido recinto. Este es un breve
recorrido por la historia que se esconde
tras esas murallas.
Esa ciudadela es lo que los melillenses
llaman «El Pueblo» o «Melilla la
Vieja», la antigua fortificación construida
por los españoles desde su llegada
a finales del siglo xv.
Pero antes de eso, Melilla ya era una
ciudad milenaria. Fue fundada por los
fenicios en el siglo vii aC con el nombre
de Rusaddir, que significa «cabo
imponente», en relación con el cabo
de Tres Forcas, donde se ubica, y desde
entonces ha estado habitada de
forma casi ininterrumpida por cartagineses,
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romanos, vándalos, bizantinos
y árabes, que le dieron el actual
nombre de Melilla. Pocas ciudades en
el mundo pueden presumir de tener
una historia tan longeva y tan apasionante
como ésta.
FORTIFICACIÓN Y
GUARNICIÓN
La Melilla española nace un 17 de
septiembre de 1497 cuando D. Pedro
de Estopiñán y Virués, contador
de la Casa Ducal de Medina Sidonia,
toma posesión de la antigua medina
musulmana en nombre de los Reyes
Católicos.
Su primera guarnición la componen
700 efectivos, repartidos en 200 escuderos
(150 a pie y 50 a caballo);
300 ballesteros; 100 espingarderos;
20 artilleros; 35 hombres de oficios,
2 clérigos, 1 físico, 1 cirujano y