850 la relevancia del poder aeroespacial en escenarios de amenaza híbrida
revista de aeronáutica y astronáutica / noviembre 2020
des y sistemas de mando y control
(degradado), incrementará la necesidad
de adaptación y resiliencia.
– En base a las dificultades de acceso
y de mantenimiento de la superioridad
«convencional» en los
dominios, la clave estará en maniobrar
con agilidad entre dominios y
conseguir múltiples oportunidades
para producir efectos en las vulnerabilidades
del adversario, en cualquiera
de los dominios, saturándole
con múltiples dilemas en diferentes
puntos en tiempo y espacio. Ello proporcionará
diferentes opciones a un
ritmo muy superior al actual.
– La conectividad constituirá el elemento
clave para operar en la «nube
de combate» («combat cloud», con
sistemas de sistemas interconectados
y vinculados a una arquitectura
de mando interoperable) y la red
será una capacidad crítica. Por ello,
será necesario alcanzar un determinado
grado de superioridad en el
ciberespacio.
Sin embargo, a pesar de esta naturaleza
cambiante, las causas profundas
de los conflictos no variarán
sustancialmente. Las disputas territoriales,
el nuevo orden mundial de
carácter multipolar, el auge de actores
no estatales, y su capacidad de
actuar de forma presencial y virtual,
y la lucha por el control de los recursos
naturales continuarán afectando
la seguridad internacional.
NUEVO ESPACIO DE BATALLA
Y EMPLEO DEL PODER
AEROESPACIAL
La importancia de lo mencionado
en el apartado anterior reside en
cómo afectan las tendencias futuras
en la aplicación del poder militar y,
en particular, en el empleo del poder
aeroespacial. Los cambios del
entorno operativo afectarán de formas
muy diversas, destacándose tres
efectos muy significativos:
– La aceleración cambiante del
ritmo de batalla obligará a afrontar
ciclos de planeamiento, decisión y
ejecución más comprimidos. Además,
la posible degradación del
EMS4 y de las comunicaciones obligará
a una mayor independencia de
los comandantes tácticos y a complementar
el «control centralizado–
ejecución descentralizada» con un
control distribuido adaptado a los
cambios y necesidades operativas,
permitiendo actuar en base a ventanas
de oportunidad, más que en la
forma tradicional sobre el dominio
físico.
– La creciente interdependencia e
interacción entre dominios físicos y
virtuales, y consecuente necesidad
de sincronía, característica de los
entornos multidominio, obligará a
operar de forma más ágil, flexible e
interoperable.
– El nuevo espacio de batalla y la
nueva forma de actuación influirán
en el concepto de superioridad de
dominio. El avance tecnológico dificultará
alcanzar la tradicional superioridad
aérea. El éxito puede
no depender de alcanzarla, sino
del acceso en un solo dominio que
permita combinar acciones en otros
dominios. Ello obligará a poseer conocimiento
de la actuación en todos
los dominios para buscar, a través
del multidominio, nuevas formas de
producir los efectos deseados.
Imagen de Antonio J. Jiménez Santana