revista de aeronáutica y astronáutica / noviembre 2020
sobrevolando la II Guerra Mundial 903
LA AVIACIÓN ALIADA EN LA
GUERRA TERRESTRE
La guerra en el desierto libio
En el teatro del desierto la guerra
comenzó el 10 de mayo del 1940
cuando Italia, que ocupaba Libia, se
la declaró a Gran Bretaña, coincidiendo
con la reanudación de la guerra
terrestre en Europa, aunque los británicos
dieron el primer golpe al apoderarse
al día siguiente de los fuertes
Capuzzo y Maddelena, en la frontera
entre Egipto y Libia (aparte de bombardear
Turín y Milán el 12).
Durante tres años se prolongaron
las operaciones en el denominado
por los británicos Desierto Occidental,
período en el que se produjeron tres
crisis que ilustran las capacidades singulares
del poder aéreo. La primera
fue la de Grecia, en la que la Luftwaffe
le infligió a la Royal Navy una, si no
la mayor, de sus derrotas. La segunda
fue la de Irak, donde se produjo
un golpe de estado pro alemán que
comprometía la situación en Oriente
Medio, los británicos trasladaron por
aire fuerzas desde la India, situándolas
en puntos clave, mientras que la RAF
bombardeaba a las fuerzas pro Eje; y
por último Siria, donde los británicos
consiguieron la rendición de las fuerzas
francesas de Vichy, después de
que perdieran las cuatro quintas partes
de su aviación. No sorprende que
con fecha 22 de mayo del 41 Wawell
informara a Churchill de que: «En estos
momentos toda nuestra posición en
Oriente Medio se sostiene y gobierna
principalmente gracias a la aviación y
las bases aéreas». Por su parte, Churchill,
ya en enero, había manifestado
en una carta al general Ismay que no
le importaban las victorias alemanas
«mientras siguiera creciendo el poderío
aéreo de Gran Bretaña».
Es imposible detallar en un artículo
el papel de las aviaciones en cada
una de las grandes batallas que tuvieron
lugar en este teatro. Por ejemplo
que los británicos hicieron cuatro
ofensivas persiguiendo a los alemanes
hacia el oeste y en todas ellas
fueron repelidos, hasta la quinta, en la
que llegaron a Túnez y conquistaron
el N. de África junto con a los americanos,
que habían desembarcado en
Marruecos y Argel en noviembre del
42. En referencia a la fecha de inicio
de las operaciones cualquier manual
de historia se refiere al de la ofensiva
terrestre, no obstante la aviación ya
las había iniciado aproximadamente
un mes antes. Montgomery no inició
su quinta y última ofensiva de otoño
del 42, que le llevó de El Alamein a
Túnez, hasta que se le aseguró que
se había conseguido la superioridad
aérea y que esta se iba a poder mantener
durante el tiempo necesario.
Con anterioridad a esta quinta
ofensiva británica se había producido
la cuarta y última de Rommel,
en la primavera del 42, en la que el
8.º Ejército británico se salvó por la
protección que pudo proporcionarle
la RAF, según reconocería el propio
Churchill, pero no estaba claro que
pudiera resistir en El Alamein, lo que
aceleró los acuerdos para que los Estados
Unidos enviaran refuerzos. Los
Estados Unidos ya estaban en guerra
desde el ataque a Pearl Harbor y la
declaración de guerra de Hitler, y los
refuerzos que primero podían llegar
eran los aéreos, diez bombarderos
B-17, procedentes de la India y bombarderos
B-24 y B-25, procedentes
de los Estados Unidos, y a partir del
mes de septiembre los cazas, que
eran lanzados desde portaaviones
en la costa occidental de África, atravesando
en vuelo todo el continente
por la ruta aérea Takoradi, unos cuatrocientos
aviones se recibirían desde
los Estados Unidos.
Los primeros en estar disponibles
fueron dos docenas de B-24 del
destacamento Halverson Provisional
(Halpro). Halpro era un escuadrón
que en curso a China, para bombardear
desde allí a Japón, se encontraba
en Jartum. Contaba con
tripulaciones seleccionadas pero
que apenas habían aprendido a volar
los B-24 y que no habían tenido ni
tiempo de hacer prácticas de bombardeo.
En vez de ir a China se les
ordenó bombardear las refinerías
de petróleo en Ploesti, Rumania. No
tenían información del objetivo ni
autonomía para el viaje de más de
cuatro mil kilómetros de ida y vuelta,
pero a pesar de que los equipos de
tierra estaban todavía en camino en
los barcos de transporte, consiguieron
lanzar trece aviones desde una
base cerca del Canal de Suez en la
madrugada del 12 de junio del 42
para efectuar el ataque al amanecer.
Se les puede perdonar que se equivocaran
y llegaran al objetivo una
hora antes de la salida del sol. Cuatro
B-29 Superfortress