TEMAS PROFESIONALES
La clasificación de buques militares es un concepto relativamente nuevo.
En los últimos 30 años, las marinas han experimentado cambios significativos
en la búsqueda de eficiencias en las áreas de adquisición y apoyo/mantenimiento
de sus plataformas a lo largo de su ciclo de vida. Además, se añade la
adopción de normas y prácticas comerciales, la adquisición de artículos
comerciales (Commercial Off-The-Shelf, COTS) y la externalización del diseño,
construcción y apoyo al mantenimiento de las plataformas navales. Esto
ha ido de la mano de una transformación en el sentido de una reducción del
personal propio y una inevitable pérdida de experiencia interna en algunos
niveles.
Estos cambios han favorecido la sinergia con una industria civil, capaz de
aportar soluciones tecnológicas maduras y desarrollar otras nuevas más específicas,
reduciendo los costes de adquisición, desarrollo y mantenimiento. Sobre
esta base, y entre otros motivos, para minimizar el riesgo en la seguridad
(safety) que pueden provocar estos cambios, las marinas decidieron adoptar
(política OTAN de fomentar la clasificación) un modelo regulatorio similar al
comercial. Como parte de este modelo, podían obtener una garantía independiente
sobre el estado material de sus buques, adoptando el proceso de clasificación.
Las SS. CC., por su parte, elaborarían normas para distintos tipos de
buques militares, las Naval Ship Rules, más apropiadas que las normas comerciales
existentes, especialmente para las unidades de combate, que venían aplicándose
—adaptadas— con limitaciones.
En la ilustración 3, de elaboración propia, se esquematiza la participación
de las SS. CC. en las diferentes etapas del ciclo de vida de un buque.
La participación de la SC en la etapa de precontrato beneficia tanto a la
marina, que establece con precisión lo que pide, como a los licitantes en
competencia, al contar con reglas accesibles y requerimientos claros.
Para que este modelo funcionara, se requería un conocimiento por parte de
las SS. CC. de los estándares propios de las marinas y la homogeneidad de
criterios. Para ello se decide trabajar en una unificación de criterios mínimos
entre los países OTAN, que llevan al antes mencionado grupo de trabajo
(INSA) y al código para buques militares (NSC) que, equivalente al SOLAS
pero basado en objetivos (8), es capaz de dar distintas soluciones a problemas
muy diversos y para buques militares con cometidos y requisitos operativos
muy diferentes, con un enfoque interesante: establecer únicamente cuál debe
ser el nivel mínimo de seguridad (safety) para cada diseño de buque de guerra
(de superficie y no-nucleares). Por un lado, los proyectistas encuentran un
abanico de alternativas para lograr los objetivos y a la vez tienen la libertad de
innovar siempre y cuando alcancen un nivel equivalente de seguridad. Por
otro lado, los estados consiguen seguridad, una regulación rentable y se apro-
(8) http://www.navalshipcode.org/.
2020 1003