122 JUAN JOSÉ DE LAMA RODRÍGUEZ
que nada, por situar las cosas en su justo contexto, que luego los mexicanos
de hoy van diciendo por ahí que les traicionase y tal ¿cómo puede traicionar
alguien que ha sido vendida por su propia madre?
Este milagro (2º), auténtica piedra angular de la Conquista, no muestra
sus excelentes virtudes inmediatamente, sino que tarda unos días más,
cuando la Armada llega a San Juan de Ulúa, donde Jerónimo es incapaz de
entenderse en maya con los indios que se acercan con sus canoas a las naves
españolas y le hablan en náhuatl. Marina, muy lanzada, les habla directamente
en su idioma y le traduce al maya a Jerónimo que traduce al español a
Cortés. La doble traducción náhuatl-maya-español le asegura (eso es mucho
decir) la comunicación. Esto le abre la puerta a Cortés a obtener inteligencia
y a aplicar la diplomacia; puede entender la fragmentada situación de
los pueblos subyugados a Moctezuma y su odio a los mexicas y le ayuda a
ofrecer alianzas de protección mutua a cambio de vasallaje al rey de España,
para ganar aliados contra ellos.
Sin Marina, nunca hubiese habido Conquista. O sí, pero mucho más
larga, penosa y sangrienta.
Con la ayuda de las lenguas, Cortés va a poder jugar a dos barajas con
los totonacas de Cempoala y mexicas y va a conseguir que los primeros se
rebelen contra Moctezuma, engañándoles para capturar a los recaudadores
de impuestos de los segundos, para luego liberarlos, acusar a los primeros y
obtener el favor del Terrible Señor. Ya va llegando el oro a la costa en forma
de regalos. Se les pide más.
Los españoles que van con él ya están nerviosos, exigen ver las órdenes.
Comprueban que no están autorizados a poblar, que han sido engañados
por Hernán y se amotinan. Cortés lo reconoce y ordena regresar a Cuba,
mientras conspira con sus amigos para fundar un Cabildo y así saltarse la
autoridad de Velázquez (del libro de las Siete Partidas de Alfonso X el Sabio,
durante la Reconquista). Consigue su objetivo, se funda la Villa Rica de
la Veracruz (habían puesto por primera vez el pie en la playa de San Juan de
Ulúa el Viernes Santo de 1519) y los regidores nombrados por él, le devuelven
el cargo de capitán General. El plan es perfecto; ha puesto negro sobre
blanco lo que aprendió de joven en Salamanca y luego bajo las órdenes del
mismo Velázquez durante la Conquista de Cuba. Es advertido de una conspiración
para matarle y desertar a Cuba (prueba de que es bien considerado
por la tropa), se detiene a los cabecillas, se les juzga por deserción y cuelga
o mutila. Esta brutalidad aplicada entre españoles nunca es denunciada por
los indigenistas de hoy día, que sólo se quejan de las aplicadas sobre los
locales. La ejecución de las sentencias parece tranquilizar a los demás pero,
por si acaso, se barrenan las naves para evitar nuevos intentos. El mito de la
Revista de Historia Militar, II extraordinario de 2020, pp. 122-140. ISSN: 0482-5748