74 JUANA MATEOS DE LA HIGUERA GARCÍA-UCEDA
inaugurar y seguir con la red de dependencias”27. Se cita ya en la primera
Carta esta relación de vasallaje hacia el rey: “que supieran que teníamos
por señores a los mayores príncipes del mundo, y que éstos obedecían a
un mayor príncipe de él, y que lo que el dicho capitán Fernando Cortés les
dijo que quería de ellos, no era otra cosa sino que los caciques e indios de
aquella isla obedecieran también a vuestras altezas, y que haciéndolo así ,
serían muy favorecido, y que haciendo esto no habría quien los enojase”28.
Por supuesto si no se aceptaban las condiciones de vasallaje no había posibilidad
de perdón, como el ejemplo de la tercera Carta con el pueblo de
Acapichtla: “fue tanta la matanza de ellos a manos de los nuestros, y de
ellos despeñados de lo alto, que todos lo que allí se hallaron afirman que un
río que cercaba casi aquel pueblo por más de una hora fue teñido en sangre
(…) Y dado conclusión a esto, dejando al fin estas dos poblaciones de paz,
aunque bien castigadas, por haberla al principio negado”29.
Este vasallaje hacia el Rey permitió a Cortés justificar, incluso, no
seguir las instrucciones que Diego Velázquez le hizo como adelantado de
Yucatán, pues para Cortés, Velazquez había roto el vínculo de vasallaje al
no ser su prioridad el servicio al rey: “Y que el dicho Diego Velázquez gastó
en hacer la dicha armada fue en emplear sus dineros en vinos y en ropas y
en otras cosas de poco valor para nos lo vender acá en mucha más cantidad
de lo que a él le costó, por manera que podemos decir que entre nosotros
los españoles, vasallos de vuestras reales altezas, hace Diego Velázquez
sus recate y granjea sus dineros”30. La falta de honor es automáticamente
una ruptura de la relación de vasallaje, tanto en la Edad Media como en el
Renacimiento. Aracil Varón31 establece otro fenómeno que puede provocar,
si no la ruptura del vasallaje sí el cambio de relación. En el Renacimiento el
vasallaje con el rey se hace con la institución, que es sagrada, no con la persona
que porta la corona. Por un lado Aracil Varón resalta como Cortés en la
Cuarta Relación justifica no ejecutar las órdenes reales si considera que el
rey no pudo contar con todos los elementos de juicio que favorecieran una
decisión, aunque Aracil Varón no amplia demasiado la cita, creemos que es
oportuno destacarla. Cortés no reniega del vasallaje, pero deja claro que no
puede estar esperando la opinión del rey para la toma de decisiones en las
que se ve obligado en el día a día, no nos sorprende el descontento que este
tipo de comentarios fue produciendo en el remperador: “y de aquello que
27 Segundo Guzman, Miguel: op.cit., pág. 100.
28 Cortés, Hernán: Cartas de Relación. Ed. Porrúa, México, 2018, pág. 14.
29 Cortés, Hernán: op.cit. págs. 217-218.
30 Ibidem, pág. 12.
31 Aracil Varón, Beatriz: op.cit. pág. 110.
Revista de Historia Militar, II extraordinario de 2020, pp. 74-88. ISSN: 0482-5748