No obstante, la situación del este de
Europa ha obligado a cambiar esta visión.
La probabilidad real de un conflicto
a gran escala es muy baja, pero
la adecuada preparación es, sin duda,
la mejor forma de evitar la materialización
de una amenaza. Por tanto,
nos encontramos en fase de reconstitución
de dicho nivel, con cuarteles
generales de mando componente terrestre
con varios CE subordinados.
En este nivel, la colaboración en el
marco OTAN es el único curso viable.
Respecto al nivel cuerpo de ejército,
es la organización operativa terrestre
más completa, capaz de integrar todas
las capacidades terrestres y todos
los apoyos al combate, incluyendo los
más complejos y técnicos. También
realiza su propia maniobra logística,
y requiere básicamente coordinación
del nivel superior para despliegues y
movimientos.
A este respecto, el Ejército español
cuenta, como elemento de mando y
control, con el CGTAD/NRDC-ESP,
cuartel general sólido y experimentado.
Como apoyos de combate a este
nivel, el Ejército dispone de los distintos
mandos que le confieren, con limitaciones,
capacidades para constituir
un CE. La colaboración entre estos
mandos y el CGTAD es una realidad
desde hace muchos años, lo que permite
a España poder constituir un CE
nacional, integrar elementos multinacionales
en él o liderar un CE aliado.
El nivel división
La situación estratégica llevó a la eliminación
del nivel división en la estructura
orgánica y a su cuestionamiento
como tal (no solo en el Ejército
español). Esta decisión se corrigió
posteriormente y, pocos años después,
se decidió reconstruir dicho nivel
que, por otro lado, seguía figurando
en nuestro cuerpo doctrinal.
Pero la eliminación de las divisiones
conllevó un cambio profundo.
La división había sido la unidad
34 / Revista Ejército n.º 958 • enero/febrero 2021
Organigrama CGTAD
fundamental de empleo de las fuerzas
terrestres, siendo la clásica unidad
de cuenta de los ejércitos, con
un diseño más o menos estandarizado.
Como tal, no era un mero agrupamiento
de brigadas, sino que contaba
con capacidades específicas
encuadradas en un potente núcleo
de tropas divisionario. Así, el nivel
división bien retenía, a su nivel, ciertas
capacidades (por ejemplo, reconocimiento
o defensa antiaérea) o reservaba
capacidades para su propio
beneficio (fuegos e ingenieros). Resumiendo,
la división era el pilar táctico
de las fuerzas terrestres.
Por tanto, la desaparición del nivel
división generó un profundo vacío
táctico, situación soslayada por las
necesidades de las operaciones de
respuesta de crisis y contrainsurgencia.
El actual regreso de requerimientos
más generales, con la posible ejecución
de combates convencionales,
ha impulsado la reconstrucción del nivel
división. Sin embargo, el proceso
desarrollado ha sido parcial.