cultura
En primer plano, herramientas diseñadas para la edificación del complejo religioso-palaciego mandado construir por el rey Felipe II y
que terminó por hacer realidad Juan de Herrera; al lado, un cuadro sobre el monumento, hoy, Patrimonio de la Humanidad.
al que el rey conocía de tiempo atrás,
desde sus años mozos en Valladolid. En
esa época, el futuro arquitecto fue parte
de la escolta del entonces príncipe en su
viaje a Bruselas para encontrarse con el
emperador, su padre.
Cumplida la misión, Herrera abrazó
la profesión de las armas. Un camino
que, al parecer, cerró en la victoria de
San Quintín. Esta gesta militar frente a
Francia en tierras galas se conmoró con
la construcción del monasterio de
El Escorial, que le convertiría en
inmortal maestro de arquitectos.
INNOVACIONES
La batalla y la monumental edificación
reunieron de nuevo a
Herrera y a Felipe II. Además,
el proyecto atrajo a reconocidos
maestros en las artes y oficios
más diversos de toda Europa,
que dejaron en él plasmado su
buen hacer. Entre ellos, la muestra
destaca a Trezzo y a Pompeo
Leoni, quien, precisamente, trajo
algunos de los códices de Leonardo
a Madrid.
En El Escorial, Juan de Herrera
aplicó técnicas novedosas, se construyeron
máquinas y herramientas, un molino
para el tallado de piedras... y hasta diseñó
un plan laboral —cercano al futuro
trabajo en cadena— para agilizar su edificación,
explica la exposición.
Las obras hidráulicas son otra de
las paradas con espacio propio en la
muestra. Entre sus muchos ejemplos,
se recuerdan el «artilugio de Juanelo»
para subir agua al Alcázar de Toledo, la
presa de Ontígola (Aranjuez), de Juan
Bautista de Toledo y el propio Herrera;
y los trabajos del ingeniero militar G.B.
Antonelli para hacer navegable el Tajo.
PROLÍFICO INVENTOR
Otro nombre destacado en la exposición
es el ya citado Jerónimo de Ayanz, que
patentó más de 50 inventos, algunos de
ellos, auténticos precursores de una Revolución
Industrial que aún tardaría
dos siglos en llegar.
Ayanz ideó a una máquina
de vapor, un ingenio para extraer
el aire contaminado de las
minas, una balanza de tal precisión
que era «capaz de pesar
la pierna de una mosca», hornos
de fundición... y hasta sendos
sistemas de destilar el agua del
mar y para bucear.
Pero, además, Ayanz brilló
en la carrera militar, que loó el
mismo Lope e, incluso, llegó a
pintar, componer y cantar.
Esther P. Martínez
Fotos: Hélène Gicquel
Un vídeo enseña cómo se construyó
el monasterio de San Lorenzo de El Escorial.
Abril 2021 Revista Española de Defensa 65