VIVIDO Y CONTADO
zona de servicio. La actividad del JEMAD, con el despacho, Centro de Mando
y Control, a un par de minutos de su alojamiento era muy funcional, lo que
facilitaba enormemente su «ciclo de combate».
Después del rápido contacto con el gobernador, cuyo objetivo era mostrar
su dependencia directa del JEMAD en asuntos «domésticos», comenzaba real-mente
el intenso «ritmo de combate» del JEMAD. Simplificando, sus activi-dades
eran las dos caras de una misma moneda: una, la relación con el
ministro y la cúpula del Ministerio de Defensa —secretario de Estado, subse-cretario
de Defensa y secretario general de Política de Defensa—; la otra era
la operativa, fundamentalmente el seguimiento de las operaciones, las prop-uestas
y recomendaciones sobre estrategia militar y las consultas con los
Ejércitos de Tierra, Aire y la Armada.
Para apoyar sus relaciones con el ministro y las autoridades del Ministerio
de Defensa, el JEMAD cuenta con otro despacho en el edificio del Ministerio,
el cual yo ocupaba por las tardes, aparte del de la sede del EMAD —perfecta-mente
apoyada por el jefe del Estado Mayor Conjunto, el JEMACON—,
donde trabajaba por las mañanas. Desde el punto de vista militar, estratégico y
político, las operaciones eran prioritarias.
De la importancia de las operaciones
Desde siempre, en la Armada las operaciones han sido la prioridad, la
referencia y la brújula. Esto en el ámbito conjunto es, si cabe, más evidente.
La participación en operaciones es el producto, el resultado, de la factoría de
las Fuerzas Armadas. La participación en operaciones es el fundamento de
nuestra influencia, capacidad de disuasión y prestigio en el ámbito interna-cional,
motiva a la tropa, a la marinería y a los cuadros de mando y mejora
nuestra aptitud operativa. En definitiva, sin operaciones nos convertiríamos en
unas Fuerzas Armadas huecas y sin sentido.
Además, en este período, la crisis económica, la falta de una «ley de
programación y presupuestaria» y la estructura de los presupuestos de Defen-sa
hacían que las inversiones en operaciones (capítulo presupuestario 228)
permitieran el sostenimiento del núcleo de la Fuerza Conjunta (teníamos que
navegar al 228).
—Ministro, esta es la recomendación, desde el punto de vista militar, sobre
el interés de nuestra participación en la coalición contra el Daesh.
—Gracias, almirante, vamos a presentar en el Congreso la solicitud de
autorización; podemos empezar a desarrollar un planeamiento previo del
despliegue (prudent planning). Creo que vamos a conseguir el apoyo de la
oposición para iniciar este despliegue como muestra de nuestro compromiso
en la lucha antiterrorista.
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