
entrevista
que la componen, añadiendo valor y
evitando ser un mero escalón que agrupe
capacidades. La resultante debe ser
mucho más que la suma de las partes,
y esto hay que conseguirlo a través del
perfeccionamiento de los procedimientos,
del trabajo en equipo y del rigor en
los programas de preparación, huyendo
de esquemas repetitivos y sin reclamar
recursos adicionales.
Para ello, estamos incidiendo especialmente
en la preparación de agrupamientos
tácticos aeromóviles o de asalto
aéreo que integran unidades de helicópteros
y paracaidistas, fundamentalmente,
y muestra de ello es el ejercicio
Martial Resolve 21 que estamos llevando
a cabo estos días. También promovemos
el trabajo en común de equipos operativos
de operaciones especiales con
fuerzas de apoyo (FAOE), todas ellas
pertenecientes a la División. Integramos,
asimismo, los apoyos que necesita
el Mando de Tropas de Montaña a
partir de otras unidades de la División,
particularmente, helicópteros de ataque
y de transporte. Y no olvidamos que
cualquiera que sea el escenario futuro
de intervención, los aspectos del ámbito
cognitivo aportados por el Regimiento
de Operaciones de Información son inseparables
del conjunto.
—¿Este trabajo en común requiere
un cambio de mentalidad?
—Quizás ese cambio de mentalidad
al que se refiere sea el rasgo más determinante
del nuevo modelo de organización
del Ejército, que, no olvidemos,
es un modelo centrado en las personas
y en el que cada militar debe entender
perfectamente lo que se espera de él en
cada situación, en cada misión, siendo
capaz de actuar en consecuencia, incluso
en ausencia de comunicación con
sus jefes.
Combatir la tendencia al excesivo
control de los subordinados, lo que se
conoce como microgestión o micromanagement,
es una primera derivada de
ese cambio de mentalidad imprescindible
que nos exige a todos explicar muy
bien, comunicar internamente muy bien
y respetar los espacios de actuación de
cada uno de los niveles de mando. Me
atrevería a decir que esta forma de actuar
es un elemento vital y un rasgo distintivo
para las unidades que componen
la División.
—¿El Ejército está ahora más enfocado
a las misiones?
—Así es. La nueva organización de
la fuerza del Ejército de Tierra «orientada
a la misión» persigue facilitar la
transición desde la estructura orgánica
permanente a las estructuras que
empleamos para realizar operaciones,
facilitando la transferencia de fuerzas
a la estructura operativa de las Fuerzas
Armadas dirigida por el JEMAD,
porque no es concebible ninguna operación
importante que no sea conjunta,
que involucre solo a un ejército, y ahí,
en ese terreno, aspiramos a liderar las
misiones más exigentes.
—¿Cuáles serán esas misiones?
—La División San Marcial está organizada
para generar las organizaciones
operativas que se le requieran por el
mando operativo de las Fuerzas Armadas,
capaces de integrase en estructuras
fundamentalmente conjuntas y combinadas.
A partir de ahí, debemos asumir
que se nos podrá reclamar en cualquier
momento y con muy corto preaviso que
aportemos algo que es determinante
en cualquier conflicto: la capacidad de
respuesta inicial ante una crisis, para lo
cual mantendremos permanentemente
entrenados y alistados unos «paquetes»
de capacidades predeterminados que
incluyen a todo tipo de unidades que se
integran en la División.
—¿Cuáles son las claves de esa facultad
de «reacción inmediata» de la
San Marcial?
—Sin duda, la División se asienta
sobre la calidad profesional y humana
de sus componentes y en los valores que
compartimos con el resto del Ejército.
Constituir, además, el núcleo que agrupa
a las principales fuerzas de reacción
exige una organización ágil y simplificada,
El general González Díez —dcha.— en un riguroso plan anual de preparación
y una baja huella logística para
poder actuar en cualquier lugar con un
corto preaviso.
Disponemos de una de las mejores
flotas de helicópteros de los países de
nuestro entorno con unas tripulaciones
muy experimentadas y motivadas, y de
unas unidades de operaciones especiales,
paracaidistas y de montaña cuya
calidad, experiencia y espíritu de servicio
son indiscutibles. El Regimiento de
Operaciones de Información completa
el conjunto aportando sus novedosas
capacidades del ámbito cognitivo.
No somos el futuro del Ejército de
Tierra, somos el presente, y la capacidad
de reacción inmediata no es más que la
disponibilidad permanente para el servicio
en su mayor nivel de exigencia.
—¿Qué pasos se están dando para
integrar las diferentes capacidades
con que cuenta la División?
—Unas semanas antes de asumir el
«Buscamos
incrementar el
trabajo en común, de
forma que la División
sea un multiplicador
de capacidades»
30 Revista Española de Defensa Junio 2021