TEMAS PROFESIONALES
permitiendo a los buzos llegar más lejos y moverse con más facilidad que los
hard hat divers dedicados a la minería subacuática de la época. Si un bucea-dor
de combate observa su esquema de funcionamiento, es muy probable que
encuentre grandes similitudes con los equipos actuales. De hecho, fue la Mari-na
Militare italiana la primera en usar este tipo de equipamiento en operacio-nes
de combate en 1936.
El rebreather electrónico, de actual interés para nuestra Armada, se
comienza a desarrollar en 1964 por la industria de buceo comercial. En 1962
se lleva a cabo la primera inmersión a saturación por debajo de los 400 pies
(120 metros) y se crea la necesidad de disponer de un equipo autónomo de
rescate para este tipo de inmersiones.
Walter Stark presenta el Electrolung en 1969, el primer rebreather electró-nico
de la historia, y lo comercializa por 2.500 dólares americanos de la época.
Consta de un pulmón y un contrapulmón con los que el buceador inspira y
espira, un cartucho absorbente de CO2, una botella de oxígeno y otra de dilu-yente,
de volúmenes variables, y una o varias unidades electrónicas de
control. Estas últimas tienen lectura de presión y triple lectura de análisis del
tanto por ciento del oxígeno respirado por el buceador, y con estas dos varia-bles
calcula constantemente la presión parcial de oxígeno a la que se ve some-tido.
Si la PpO2 es baja, la unidad de control podrá inyectar oxígeno puro a los
pulmones automáticamente hasta que alcance valores normales. Si es alta,
hará lo propio inyectando diluyente. Este podrá ser cualquier mezcla gaseosa
respirable, dependiendo de la inmersión a realizar, como aire, nitrox (10),
heliox o trimix.
La autonomía de estos equipos es amplia, pues en la mayoría de los casos
el factor limitante será el absorbente de CO2. De esta manera, un solo equipo
puede modificar la mezcla respiratoria en tiempo real, siendo esta de fondo o
descompresiva únicamente dependiendo de la profundidad del buceador,
incluso manteniéndole en una PpO2 constante. En caso de fallo, podrá inhibir
la electrónica e inyectar oxígeno o diluyente manualmente, según convenga,
siempre que disponga de una lectura fiable de PpO2.
Este equipamiento parece, sin duda, el definitivo. Pero, como vimos en el
anterior punto, por muy bueno que sea de nada sirve si el buceador doesn’t do
it right.
Por desgracia, estos equipos aún no son tan fiables como el conocido
buceo a circuito abierto. Un fallo en la alimentación eléctrica lo apagará, un
granito de sal o arena en un solenoide de inyección podrá inyectar oxígeno a
los pulmones descontroladamente, etcétera.
(10) Mezcla gaseosa binaria de nitrógeno y oxígeno con más fracción de oxígeno que la
contenida en el aire. En la inmensa mayoría de los casos, se trata de aire enriquecido con oxíge-no
o aire empobrecido de nitrógeno.
2021 919