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atacados por los mayas. Del enfrentamiento
salieron vencedores los españoles,
que recibieron por parte de los
vencidos, como regalo, 20 mujeres,
entre ellas (la conocida como Malinche
o doña Marina) aquella con la que Cortés
tuvo un hijo: Martín.
Malinche hablaba el náhuatl, el idioma
del Imperio mexica. Esto le permitió
organizar un proceso de traducciones
del náhuatl al maya y de este
al español.
Retomado el viaje, el 21 de abril llegaron
frente a la isla de San Juan de
Ulúa, donde fondeó la escuadra y se
inició el desembarco a tierra firme,
y allí fueron recibidos por los totonacas.
Una vez establecidos los lazos de
amistad con los indígenas locales,
Cortés, con asistencia de notario,
testigos, y de acuerdo con el ceremonial
habitual, tomó posesión de
las tierras conocidas y por explorar
en nombre del emperador Carlos. A
continuación, fundaron una comunidad
a la que denominaron Villa Rica
de la Vera Cruz (actual Veracruz),
que fue dotada de corporación municipal:
alcaldes, regidores, capitán,
alguacil mayor y maestre de campo.
De conformidad con las normas de
Castilla, se delineó el núcleo urbano
y se construyeron una fortaleza, una
iglesia y casas. El cabildo nombró a
Cortés capitán general y justicia mayor
en nombre del rey.
Cortés llegó a México en el momento
oportuno para el desarrollo de su empresa
con éxito, toda vez que los tributarios
de Moctezuma estaban soliviantados
por la subida de impuestos que las
reformas imperiales les exigían.
En este punto, procede reseñar que el
Imperio azteca no se basaba en una
sucesión de territorios contiguos, sino
que estaba constituido por una sucesión
de pueblos tributarios con cierta
autonomía política, y entre estas áreas
dependientes de Tenochtitlán existían
provincias independientes del poder
mexica, las cuales se aliaron con los
españoles para combatir a los aztecas.
La fundación de la ciudad libró a los
colonizadores de la obediencia debida
al gobernador de Cuba.
En su relación con los indígenas locales,
Cortés tuvo noticias de la llegada
de recaudadores de Moctezuma y el
malestar que dicha visita generaba en
ellos, pues estaban sometidos a los
mexicas. Esta circunstancia fue aprovechada
por Cortés para forjar una
alianza, ya que los animó a sacudirse
el yugo y prometió su protección ante
el emperador.
Antes de iniciar la marcha hacia el interior,
tuvo noticias de que un grupo
de sus soldados, descontentos y afines
a Diego Velázquez, querían regresar
a Cuba. En esta tesitura, el extremeño,
tras castigar a los rebeldes,
ordenó barrenar la escuadra, con la
finalidad de cortar cualquier intento
de dar la espalda a la empresa que se
iniciaba.
Con estos precedentes, el 8 de agosto
de 1519, una columna compuesta
por unos 300 hombres y sus aliados
totonacas se internó en el interior
del país, camino a Tenochtitlán,
sede de la corte de Moctezuma. En
su camino hacia ella el contingente
atravesó un territorio abrupto, hasta
alcanzar el país de los tlaxcaltecas. A
estas alturas, Cortés era conocedor
de que este pueblo estaba sometido
a los aztecas, de los que eran vasallos
a la par que enemigos irreconciliables.
En un principio, los tlaxcaltecas recibieron
a los españoles y totonacas
con hostilidad, atacando a la hueste.
Cortés, no sin dificultad consiguió
dominarlos y atraerlos a su campo.
Estos, como aliados del extremeño,
jugaron un papel fundamental en la
conquista.
Los expedicionarios, durante su marcha,
recibieron numerosas embajadas
del emperador mexica que les comunicaban
la orden de Moctezuma de
no acercarse a la capital. Por indicación
de los embajadores, el conquistador
pasó por la ciudad de Cholula,
donde la hueste fue emboscada. Repelida
la agresión, los tlaxcaltecas,
enemigos acérrimos de los nativos de
dicha urbe, los masacraron. Tras ello,
la expedición siguió su camino hacia
la capital mexica.
El 8 de noviembre de 1519 Cortés llegó
a Tenochtitlán, donde Moctezuma
le recibió con gran protocolo y boato.
Habían pasado diez meses desde
el desembarco y la ciudad superaba
todas las expectativas que los españoles
pudieran tener. Estaba situada
en una isla, en medio de un lago, anclada
a tierra firme a través de varias
calzadas que alternaban parte de tierra
con puentes levadizos, que al izarlos
la dejaban aislada. Cortés y sus
hombres fueron alojados en el palacio
del padre de Moctezuma, pero el
ejército multiétnico que los acompañaba
fue obligado a acampar fuera
de la ciudad.
Pocos días después, Cortés tuvo noticias
de que el emperador mexica
había planeado una acción simultánea
para acabar con los invasores en
Cholula y la costa, de manera que los
españoles no pudieran pedir ayuda.
Esta situación llevó al español a ordenar
el arresto de Moctezuma. La decisión
facilitó el proceso de acceso al
poder de los españoles.