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Y cuando desde el Parque del Aero-Club vieron ascender
al «Júpiter» se dio la salida con pequeños intervalos a los
globos que permanecían inflados y con la tripulación preve-nida
en las barquillas42. Todos los globos que despegaban
ascendieron sin problemas. El aspecto del cielo, sobre el que
se destacaban los once globos se convirtió en pintoresco.
Los periódicos destacan la noticia de que el globo «Aéreo
número 2», tripulado por Fernández Duro llegó muy cerca del
Escorial y no pudiendo ascender la sierra por falta de lastre43
se vio obligado a descender. Varios automóviles viajaban
desde Madrid siguiendo al globo, el primero en llegar al lugar
del descenso fue el rey Alfonso XIII «que tuvo que apartarse
de la carretera y atravesar a pie más de un kilómetro de mal
camino para poderle auxiliar».
La distancia más larga fue recorrida por el «Alfonso XII» de
Kindelán en un viaje ajetreado del que son las anécdotas de
unos campesinos que se agarraron a la cuerda que colgaba
del globo y no la soltaban a pesar de las súplicas de los de
arriba, que finalmente tuvieron que realizar intimidatorios
disparos al aire. Posteriormente desde otro pueblo, ya sobre
Portugal, unos «cafres» les realizaron algunos disparos de
escopeta aunque sin consecuencias porque estaban a mu-cha
altura y una vez realizado el aterrizaje, mientras recogían
el globo se vieron rodeados de un grupo de gente mal enca-rada
armada con escopetas. Los globos aerostáticos todavía
no eran demasiado conocidos.
En 1906 el Aeroclub estaba perfectamente consolidado y
en mayo organizó una demostración aerostática con motivo
de la boda real de Alfonso XIII con Victoria Eugenia de Ba-ttenberg,
como describe «La Ilustración Española y Ameri-cana
»44 entre los agasajos realizados en la ciudad de Madrid
figura «la elevación de doce globos que siguieron al globo
Júpiter, encargado de fijar el sitio de descenso, animando
la atmósfera, con gran temor de los pájaros y placer de los
forasteros é indígenas» Incluyendo infinidad de fotografías45.
La actividad aerostática en el parque del gasómetro pasó de
49 ascensiones en 1905 a casi 100 en 1906. Una de ellas, el 26
de julio de 1906 figura el inflado con gas de alumbrado del «diri-gible
trilobulado de Torres Quevedo», que había sido construido
en el Centro de Ensayos de Aeronáutica (dependiente de la
Dirección General de Obras Públicas), cuyas instalaciones esta-ban
en lo que había sido el frontón Beti-Jai. Posteriormente las
diferentes pruebas se realizaron en el Parque de Guadalajara46.
Ese mismo año, 1906, Fernández Duro se convirtió en el
primer aeronauta en atravesar los Pirineos en un vuelo des-de
Pau a Guadix en Granada, pero ese año perdió la vida
a causa de unas fiebres tifoideas. En 1907 las ascensiones
desde el Parque empiezan a dejar de ser noticia, que vuelven
a activarse con la expectación levantada por el «Rally-Ballón
de Madrid», del que en diciembre de 1908 la revista «España
automóvil» (que era el Órgano oficial del Real Aeroclub de
España) publica un vivido y simpático relato47 del rally organi-zado
por el Real Aéreo Club disputando la copa del Marqués
Rally Ballon de Madrid 1908. El globo «Montaña» se empieza a elevar.
NUEVO MUNDO, POR CAPUA.
Rally Ballon de Madrid 1908. El «Valencia», de Kindelán, en el aire. NUE-VO
MUNDO, POR CAPUA.
Campo Aerostático del Gas en 1919. Se observa la cúpula de las escuelas
Pías, actualmente derruidas.