450 ANIVERSARIO DE LA BATALLA NAVAL DE LEPANTO
la propia Península, contando además con la población morisca de la provin-cia
de Granada que, con acceso a la costa, se convertía en aliado in péctore del
Imperio turco.
Por su parte, en el Adriático los venecianos controlaban el comercio con
los turcos en una armoniosa relación. De tal suerte que el Mediterráneo queda
dividido en el lado cristiano entre españoles y venecianos. La alianza hispana
con Génova se produce para contrarrestar en la península italiana el poder
veneciano, el papel de los Estados Pontificios y la presión francesa sobre el
Milanesado.
En el campo de los musulmanes las correrías y ataques navales se sucedían
en cualquier lugar y momento, generando un complejo de inferioridad cristia-no.
Durante el período de 1520 a 1566, en el imperio otomano brillaba Soli-mán
el Magnífico, sucediéndole, y sobran los comentarios, Selim II, despecti-vamente
conocido como «el borracho».
Rusia, por su parte, con los reinados de Iván I y de Iván el Terrible verá
una unificación territorial, aunque Moscú cayó a manos de los tártaros de
Crimea en 1571, el mismo año de Lepanto.
En 1560 se produce, a causa de un temporal fortísimo, la pérdida de 25
galeras de la escuadra de Juan de Mendoza en Los Gelves. Cuatro años
después, en una audaz estrategia española de ir tomando enclaves en el norte
de África (Túnez, Orán, Melilla…), se produce la victoria española del peñón
de Vélez de la Gomera. Esta toma de plazas es casi siempre sucedida por la
pérdida y la nueva toma de las mismas en lo que constituirá a lo largo del
siglo XVI una especie de tejido de Penélope, hilando y deshilando agotadora-mente.
Las tropas y dotaciones españolas están por lo tanto curtidas y son de
una veteranía envidiable. Los temidos tercios desharán brillantemente a las
tropas de élite, los jenízaros, en diversas ocasiones.
Malta, enclave dominado por la Orden del mismo nombre, será un objetivo
de los turcos por ser una de las llaves de acceso al Mare Nostrum. En 1565 los
Caballeros de Malta resistieron heroicamente un prolongado asedio que deja a
la Orden al borde de su desaparición al morir en combate la casi totalidad de
los caballeros y quedar sin pertrechos y naves.
A la muerte de Solimán en el asedio a una plaza húngara, su heredero Selim II,
pese a la mala noticia, consigue sembrar el pánico en Venecia, pero cometió
una serie de errores, inclinándose la República decididamente contra ellos.
El 17 de febrero de 1568, Selim II firma la paz con el Imperio germánico,
que paga una cuantiosa fortuna para no verse asaltada, para enfado de la
Monarquía Hispánica. En 1569 se produjo un pavoroso incendio en el Arsenal
de Venecia, que envalentonó aún más a Selim II pero que, pese a lo aparatoso
del incendio, no tuvo trascendencia en el ámbito naval.
Por su parte, Selim II, sultán del Imperio otomano desde 1566, culmina
uno de sus principales sueños estratégicos desembarcando en 1570 en Chipre,
verdadero cuchillo veneciano en la garganta turca. Esta idea concebida en
200 Agosto-septiembre