450 ANIVERSARIO DE LA BATALLA NAVAL DE LEPANTO
el plan de dispersión en sus líneas generales, hubo que improvisar el
reagrupamiento de miles de personas y su marcha a centenares de kilóme-tros,
para lo que se necesitaban tropas de escolta y evitar el regreso de los
deportados.
Los moriscos eran reunidos en un solo edificio, preferentemente la iglesia,
y la mayoría de los comisarios tuvieron problemas, sobre todo en el este, al
producirse disturbios en las reuniones. La Corona había establecido un plan
relativamente simple: los concentrados en Ronda y Málaga se dispersarían
por Córdoba y Extremadura; los de Granada y Guadix saldrían hacia Albace-te;
los de Almería y Vera serían trasladados por mar a Sevilla; los comisarios
deberían avituallarlos por el camino y los soldados no cometer ninguna
violencia sobre ellos. Pero el plan teórico fue irrealizable por el número desi-gual
de moriscos de las diferentes zonas y por las condiciones materiales y
climatológicas. Solo los de Málaga y Guadix no sufrieron variación en su
recorrido.
Córdoba, Plasencia, Toledo, Albacete y Sevilla fueron los centros de recep-ción
por estar alejados de la zona del conflicto, evitando así la posibilidad de
vuelta, además de poder dispersar desde esas ciudades a los expulsos en todas
direcciones. En los desplazamientos se produjeron incidentes y dificultades de
avituallamiento. En Albacete no quisieron recibir a los de Vélez Blanco y
Vélez Rubio, por lo que fue necesario enviarlos a Toledo y Talavera; los de
Toledo fueron divididos en dos grupos, uno enviado a Segovia, Valladolid y
Palencia y el otro a Ávila, Salamanca y Zamora; en los demás sitios, los
moriscos fueron situados cerca del lugar designado. A partir de entonces,
los núcleos más importantes de esta etnia en Castilla estaban en el triángulo
formado por Sevilla, Murcia y Toledo.
Para corregir los defectos del reparto se preparaba una segunda distribu-ción
teniendo en cuenta el número de moriscos que podían recibir los nuevos
destinos y qué ocupación podrían darles. Las respuestas a las consultas que se
hicieron en este sentido llegaron en los primeros meses de 1571, pero el repar-to
no se realizó con el alcance deseado: los moriscos no se encontraban en
situación de un nuevo desplazamiento, la administración tampoco estaba en
condiciones de llevarlo a cabo y la coyuntura internacional desplazaba esta
cuestión a un segundo plano, por lo que fue preciso aceptar como definitiva la
situación existente en 1571.
Sobre el número de expulsos, se hicieron estimaciones fantásticas, hasta
que Lapeyre los estableció en unos 60.000, pero se pensaba que eran más.
Vincent (24) dio un cálculo más real realizado sobre las cifras de partida y
(24) VINCENT, Bernard: «Combien de Morisques on été expulsés du royaume de Grena-de?
», en Mélanges de la Casa de Velázquez, núm. 7, 1971, pp. 397-398.
216 Agosto-septiembre