PRÓLOGO DEL AJEMA
Almirante jefe de Estado Mayor de la Armada
Como viene siendo habitual, la
REVISTA GENERAL DE MARINA dedica su
número bimestral de verano a un tema
que, por su importancia y trascendencia,
reviste especial interés para la Armada.
En esta ocasión, en el año en que se
cumplen 450 años de la victoria en la
batalla naval de Lepanto, nada podía ser
más acertado que consagrar el número a
esta efeméride, «la más alta ocasión que
vieron los siglos pasados, los presentes,
ni esperan ver los venideros…».
Sin duda, la magnitud del aconteci-miento
que ocurrió aquel lejano 7 de oc-tubre
de 1571, en aguas del golfo de
Antonio MARTORELL LACAVE
Patras, merece un recuerdo especial en
su 450 aniversario. Consciente de ello, la
Armada ha querido dedicar su Jornada
Histórica de este año, el pasado 3 de
mayo, a honrar la memoria de todos
aquellos marinos y soldados, la gran
mayoría anónimos, que combatieron en
la batalla. Asimismo, a lo largo del año
se están sucediendo eventos conmemorativos, repartidos por diversos lugares de nues-tra
geografía, y promovidos tanto por la Armada como por otros estamentos e institu-ciones,
que reflejan la importancia de la victoria de Lepanto y hasta qué punto esta
efeméride es patrimonio común de todos los españoles.
Y es que, además de la extraordinaria demostración de estrategia y coraje que
supuso la propia batalla, aquella victoria trajo consigo importantes consecuencias, no
solo para España, sino para toda Europa. Ciertamente, el Mediterráneo siempre ha
sido un escenario geopolítico de gran relevancia mundial. No en vano, la mayoría de
las grandes civilizaciones de la Historia de la Humanidad se han desarrollado a orillas
del Mare Nostrum. También en el siglo XVI, el Mediterráneo jugaba un papel funda-mental
para las monarquías europeas, y la batalla de Lepanto supuso un punto de
inflexión para su control.
La primera consecuencia de la victoria, y la más evidente, fue que se consiguió
frenar el avance del Imperio otomano, que amenazaba gravemente con dominar todo
2021 191