dosier 715
LA VIDA EN LA BASE GRAN CAPITÁN Y CON EL
EJÉRCITO DE TIERRA
El campo de entrenamiento conocido como Besmayah
Range Complex ya era utilizado por el ejército
iraquí en la época de Sadam Hussein y, tras la entrada
de los estadounidenses en 2003, fue remodelado por
ellos en 2007 para utilizarlo como campo propio de entrenamiento
y, posteriormente, para las propias fuerzas
iraquíes. Por poner un ejemplo, sería el equivalente al
CENAD San Gregorio o Chinchilla que emplea habitualmente
nuestro ET, aunque con la diferencia de que
incluye un campo de tiro también para lanzamiento de
armamento aéreo, cosa de la que España solo dispone
en el polígono de tiro de las Bardenas Reales.
En medio de este inmenso centro de adiestramiento
absolutamente plano, donde las máximas elevaciones
son los propios merlones defensivos de los distintos
cuarteles, es donde se ubicaba la base Gran Capitán. Se
encontraba (y encuentra, aunque con otro nombre de
seguro) literalmente en mitad de la nada, teniendo como
vecinas a varias unidades de enseñanza de las fuerzas
armadas de Irak con las que el contingente terrestre
siempre tuvo mucha relación por los diferentes cursos
que los españoles impartieron allí. En ocasiones, te parecía
revista de aeronáutica y astronáutica / septiembre 2021
estar en una de esas viejas películas de Hollywood
donde un puñado de soldados están en un fuerte con
empalizadas de madera rodeados de tribus indígenas.
Nada tiene que ver la vida en Besmayah al finalizar las
operaciones en verano de 2020 con lo que se encontraron
los españoles que llegaron para ocupar la base por
vez primera aquel lejano febrero de 2015. Mis dos misiones
como JTAC, a nivel de vida diaria, fueron realmente
dispares, hay que reconocer que la mejoría fue sustancial
de una a otra. Lluvias torrenciales nos recibieron en octubre
de 2015, inundando completamente la planicie donde
se hallaba la base, haciendo las condiciones de vida
aún más precarias de lo que ya eran. Entonces las mejoras
llegaban con cuentagotas, todo era bastante provisional,
como es lógico al empezar una misión. El reto logístico
era de gran magnitud por lo complicado del tránsito por
Irak en una época en la que el ISIS se había expandido
por gran parte del país, sobre todo por el norte, y donde
Bagdad era un lugar habitual de ataques y atentados.
Sin embargo, las instalaciones y servicios eran claramente
mejorables y en ello han estado en los últimos años los ingenieros
del ET, los cuales hicieron un trabajo inconmensurable
para dotar de infraestructuras más que decentes
a la base. A mi llegada a Besmayah en diciembre de 2019,
Acceso a HLZ y zona del TACP