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tenía autorización del escalón superior
para regresar en vuelo a Taji desde
Al Taqaddum y Besmayah, así que las
tripulaciones prepararon los helicópteros
y esperaron las órdenes desde
el Tactical Operations Center. Fue una
mañana complicada; muchos informes,
muchas llamadas y mucha gente
preocupada desde territorio nacional
por el contingente español a la que
había que tranquilizar. Esa misma tarde,
el jefe de la TF Red Devils llamó al
jefe de ISPUHEL para decirle que ya
tenían permiso para regresar a Taji.
El regreso de las aeronaves no fue
tampoco fácil y en diferentes formaciones
todas las aeronaves despegaron
de sus bases, a las que se acogieron
en el plan de dispersión rumbo a
Taji. Esa tarde, sobre las 16:00 horas,
todo el personal y material de la TF
Toro se encontraba reunido en Taji de
nuevo, sin novedad. Con el susto todavía
en el cuerpo, pero sin novedad.
La tensión en el área de operaciones
no había terminado y todo quedaba
pendiente de la respuesta que los
EE. UU. dieran frente a este ataque de
Irán. La comparecencia esa noche del
presidente Trump coincidió con el horario
de la cena en Camp Taji y todo
el bullicio normal del comedor, con el
personal en las líneas de comida y recogiendo
bandejas, enmudeció por
unos minutos para ver la decisión estadounidense.
Había habido suerte y
los americanos decidieron tomar represalias
solo en forma de sanciones
económicas, por el momento.
Las siguientes jornadas sirvieron para
comprobar que los heridos en Al Asad
casi llegaron al centenar, la mayoría
de ellos por traumatismos cerebrales
causados por a la onda de choque de
las explosiones de los TBM. Además,
se produjeron daños materiales en
aeronaves no tripuladas, helicópteros
y varios hangares e instalaciones
de la base. Teniendo en cuenta que
17 misiles habían impactado allí, pocos
parecían los daños, viendo el poder
destructivo del Fateh-110. Fueron
varias las teorías para dar respuesta
a este hecho. Algunas apuntaban a la
dispersión de las fuerzas y el sistema
de alerta temprana, que permitió preparar
las bases para el ataque. Otras,
sin embargo, creían que los iraníes
habían avisado, premeditadamente,
antes del lanzamiento, para evitar
víctimas mortales, eludiendo así una
escalada de violencia con EE. UU. y
para que el Gobierno de Irán quedase
bien ante sus ciudadanos por haber
vengado el ataque la muerte de
Soleimani.
La tensión nunca desapareció entre
las milicias chiíes y la Coalición, y se
sucedieron los ataques aéreos estadounidenses
contra las posiciones
de las Fuerzas de Movilización Popular
(PMF), que eran respondidos con
ataques por fuego indirecto contra
las bases de la Coalición. Lo acontecido
en los meses posteriores ha ocasionado
que la misión principal de la
Coalición que lidera EE. UU., en la
operación Inherent Resolve (OIR), se
encuentre en un estado de pausa, no
sabemos si definitiva, ya que estos sucesos,
junto con los ataques con lanzadores
múltiples de cohetes contra
la base de Taji los días 11 y 14 de marzo,
los cuales causaron tres muertos
y 20 heridos, y el peligro de contagio
de COVID-19, han paralizado por el
momento las actividades de entrenamiento
de fuerzas iraquíes en la lucha
contra el Dáesh.
NOTAS
1. Informe que se realiza cuando ocurre
un evento importante que afecta
a la operatividad de la unidad.
2. El misil FT-110 tiene una cabeza de
guerra de unos 500 kg de explosivo,
casi 9 m de longitud y 60 cm de
diámetro.
3. Base de la Coalición a unos 150 km
al oeste de Al Taqaddum y Taji.
4. Base de la Coalición en el Kurdistán
iraquí.
5. Las misiones de ISPUHEL en la
operación A/I no contemplan la
aeroevacuación médica entre sus
cometidos, por lo que los helicópteros
están preparados para el helitransporte
de personal y carga
y solo podrían llegar a hacer CASEVAC,
que es una evacuación
de heridos pero sin ningún equipo
médico a bordo.■
Daños estructurales en la base de Al Asad