LOS SUBOFICIALES
EN EL EJÉRCITO DE TIERRA ESPAÑOL
(1494-1989)
Con este artículo se rinde homenaje a los profesionales de la milicia que, a lo largo del
tiempo, han constituido un elemento esencial de nuestros ejércitos.
Además de reseñar los hitos más significativos de su devenir, se ha querido destacar
que la razón de su existencia está íntimamente ligada a su condición de «educadores y
conductores de soldados», siendo el Decálogo del Suboficial su referencia y su pauta de
conducta, que los lleva a ser fieles al lema de su Academia: «A España servir hasta morir»
Joaquín Navarro Méndez
Comandante de Infantería retirado
INTRODUCCIÓN
Aquellos que quieran conocer a los
suboficiales deben comenzar por entender
y valorar su historia, analizar
con profundo respeto los viejos libros
perdidos en las estanterías de las bibliotecas
en los que, con lenguaje
unas veces poético, terminante y solemne
otras, se desgranan los pasajes
de su firme y solitario deambular junto
a nuestro viejo y glorioso ejército.
Este camino histórico es de justicia
iniciarlo con el sargento, toda vez
que dicho empleo ha sido, es y será
el alma de los suboficiales, el espíritu
que impregna de historia y tradición
su manera de ser y actuar.
En su devenir histórico, la figura del
sargento ha suscitado opiniones controvertidas,
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tanto dentro de la institución
como en la sociedad.
Así, mientras don Francisco Valdés,
en su obra Diálogos Militares,
publicada en 1591, nos dice: «este
nombre de sargento trae origen de
la lengua francesa, en la que quiere
decir y significar lo mismo que en la
nuestra española, ‘ministro’. Sacándola
después de aquí, digo fuera de
estos ejercicios togados y civiles, lo
aplicaron también al militar uso de
las armas y en cada compañía de
gente formaron y pusieron un oficial,
nombrándole sargento, a imitación
de los tribunales para que el capitán,
por vía de este ministro, diese y
pusiese la debida orden en su gente
en el marchar, alojar y pelear. Esto es
en cuanto a la imposición del hombre,
el cual ha recibido entre nosotros
una como carta de naturaleza y
de él nos aprovechamos como palabra
natural española en toda nuestra
milicia».
Asimismo, en su larga andadura junto
a nuestro ejército, su persona ha
sido objeto de no pocos tópicos, por
cierto, bastante peyorativos: persona
ruda, autoritaria, brusca, poco
ilustrada…, y se ha olvidado, al construir
esta deformada e injusta descripción,
que el sargento ha sido, es
y será el militar que está más cerca
del soldado, cuidando su instrucción
y disciplina, razón por la que
sufre la rebeldía innata o adquirida
de aquellos jóvenes que se incorporan
a la milicia.
No obstante, obviando viejos prejuicios,
podemos afirmar que el empleo
de sargento es fundamental en el organigrama
de la nueva milicia que
asienta sus reales en el amanecer de
la Edad Moderna.