revista de aeronáutica y astronáutica / octubre 2021
cine, aviación y espacio 859
¡ P OY É J A L I ! E L HOMBRE
SOVIÉTICO TOCA LAS ESTRELLAS
Hijo de granjeros colectivos y natural
de un pequeño pueblo de Rusia occidental,
hoy bautizado con su nombre,
comenzó su pasión por la aviación al
terminar sus estudios básicos en el club
de vuelo local de Saratov. Con 21 años
fue admitido en la Escuela Superior de
Pilotos de la Fuerza Aérea Chkálovski
y, al año siguiente, ya pilotaba uno de
los modernísimos MiG-15. Fue un piloto
excelente que sufrió en sus carnes lo
estándar de los equipamientos militares,
ya que estuvo a punto de ser expulsado
debido a que su baja estatura hacía que
no fuese capaz de ver bien, desde la cabina,
la pista en los aterrizajes. Uno de
sus instructores tuvo la idea de colocarle
un cojín en el asiento, lo que solucionó
el problema y le permitió continuar con
su formación. Con 25 años fue ascendido
a teniente primero y, poco después,
resultó elegido para el programa espacial
soviético.
Fue uno de los 20 candidatos aprobados
para entrar en dicho programa de
entre todos los aspirantes de la Unión
Soviética. Su alto nivel de exigencia y
grandes capacidades lo situó rápidamente
como uno de los mejores, y ello
fue lo que le valió para ser finalmente
seleccionado como el piloto de la primera
nave tripulada que se iba a lanzar
a la órbita terrestre.
El programa espacial soviético fue
el más avanzado del momento. Antes
de que los bolcheviques tomasen el
poder, científicos rusos estaban ya diseñando
cohetes de múltiples etapas.
El punto de inflexión lo constituyó la
Segunda Guerra Mundial, donde los soviéticos
hicieron importantes avances armamentísticos
para combatir a los nazis
y supieron robar varios de sus diseños
tras la guerra. Sin duda, el principal protagonista
del principal hito aeroespacial
soviético, aparte del propio Gagarin,
es el ingeniero de cohetes Serguéi
Koroliov, quién logró convencer al líder
soviético del momento de la importancia
de adelantarse a los americanos desde
el punto de vista propagandístico.
Después del éxito del Sputnik, primer
satélite artificial puesto en órbita, y de
los Zenit, una serie de satélites de vigilancia
y espionaje; Koroliov pudo poner
todo en conjunto para diseñar el Vostok,
la nave que llevaría a Gagarin al espacio.
Al contrario de lo que normalmente
se cree, los soviéticos no daban apenas
importancia al programa espacial, siendo
preferente para ellos el desarrollo
de misiles balísticos. Tampoco era un
programa unificado, como el estadounidense,
sino que existían varios equipos
trabajando por su cuenta y compitiendo
entre ellos. Todo esto se acentuó después
de la muerte de Koroliov en 1966,
dando lugar a muchos contratiempos
en la carrera espacial soviética, como
el caso del conocido Soyuz-1, que fue
lanzado a pesar de que se sabía que
existían importantes problemas en su
diseño y funcionamiento.
No obstante, sí que es cierto que existieron
numerosas misiones exitosas y
no tan conocidas, como el Programa
Lunojod, que obtuvo muestras de la
Luna, el Mars o los que tuvieron que ver
con Venus y Vega. n
Yuri Gagarin en el simulador.
Imagen: universetoday.
com
Despegue del Vostok 1. Imagen: universetoday.com
Aterrizaje del Vostok 1. Imagen: universetoday.com