ANNUAL, EL CAMBIO DE PARADIGMA EN LAS OPERACIONES 111
La creación del Tercio le traería un nuevo disgusto. La nueva unidad
se localizó en Ceuta, y alistó unos 2.000 efectivos, en un 90% personal nacional,
atrayendo a muchos voluntarios. En Melilla, los 2.500 voluntarios se
redujeron a la mitad. La Comandancia General de Melilla perdía así de un
golpe 6.000 efectivos, entre veteranos y voluntarios, lo más bragado de sus
fuerzas.
Se había dado el primer paso, para transformar el modelo de intervención,
por «la desproporción existente entre los efectivos asignados a esa
comandancia general y la gran extensión del territorio ocupado»41. A partir
de entonces, la capacidad de la acción militar -complementaria a la acción
política, pero necesaria- quedó reducida, prácticamente, a las unidades indígenas,
Regulares y Policía, en total unos 5.000 efectivos.
Los cambios en el campo enemigo
Si el primer factor que afectó drásticamente al modelo de intervención
se gestó en el campo propio, el segundo y determinarte apareció en el
campo enemigo. ¿Qué estaba pasando «al otro lado de la colina»? Pues bien,
como se ha citado, Abdelkrim, en Beni Urriaguel, desde nuestras operaciones
sobre Tafersit estaba laborando para crear una harca y oponerse seriamente
a los avances del Gobierno. Pero ¿Qué tenía de particular esa harka?
Desde la ocupación de Tafersit, en el campo enemigo se había manifestado
un enfrentamiento abierto por el control de las explotaciones mineras
entre dos potentes facciones. La primera, liderada por los Aldelkrim
instigó el levantamiento del Tunzi. La segunda, dirigida por el prestigioso
Buljerif facilitó al Gobierno la operación sobre Tafersit.
Así, cuando las tropas españolas irrumpieron en el Rif Central, las cabilas
se dividieron entre los partidarios de Buljerif y los del clan Abdelkrim.
Ambos poseían importantes contactos con compañías mineras y es posible
que la causa del enfrentamiento fuese la forma de «llevar el negocio». Así
mientras Bujerif sería partidario de desarrollar su «actividad empresarial»
de acuerdo a la legislación, sometido al Majzén y al amparo de España; los
Abdelkrim, preferirían hacerlo de espaldas al control gubernamental, como
había quedado demostrado a lo largo de años.
En realidad estas eran las dos formas de entender el asunto en Marruecos.
De acuerdo con el derecho de costumbre y la espiritualidad precolonial
41 Declaración del Jefe del Estado Mayor de la Comandancia, coronel Sánchez Monge.
Expediente Picasso.
Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2021, pp. 111-148. ISSN: 0482-5748