EL ALCÁNTARA EN EL VERANO DEL 21 281
Por su parte Alcántara iniciaba el año bajo el mando del coronel Pérez
Heredia y el teniente coronel Primo de Rivera, destinado en enero de 1920.
Se iniciaba el licenciamiento del reemplazo de 1917 que ha sido considerado
por algunos como un grave error de Silvestre26. Es cierto que las tropas
del tercer año eran las que cubrían los puestos más especializados. Desde
enero comenzaba un nuevo ciclo de instrucción y se quedaba a la espera de
recibir a los nuevos reclutas.
En enero se terminaba de establecer las posiciones al noroeste de Ben
Tieb y poco después se daba el salto hacia el oeste para establecerse en la
margen este del Amekran donde se instaló un pequeño campamento en una
loma que dominaba la vega sobre el poblado de Annual. La columna estaba
formada por un tábor de infantería, un escuadrón del tábor de caballería, una
batería de montaña, una compañía de ingenieros y unidades de los servicios.
Dirigió la operación el coronel Morales, jefe de la Policía Indígena y quedó
de guarnición una compañía del regimiento San Fernando, así como una
mía de policía. La distancia desde Ben Tieb venía a ser de unos 20 km y el
camino inicialmente llaneaba para ascender hacia el collado que se encontraba
entre el Morabo y Yebel-Udía. A continuación llaneaba a media ladera
unos 10 km con los inconvenientes normales en las pistas del territorio para
posteriormente ascender suavemente hasta los altos de Izumar. Pero desde
este punto el corto descenso era abrupto con apenas un camino herradura.
Ello obligó en meses posteriores a realizar un nuevo trazado desde esta posición,
que debido a sus grandes curvas los dichos cuarteleros le pusieron el
nombre de “el tobogán”. Este trazado tampoco se libró de las críticas, una
vez producidos los acontecimientos. Por cierto, el trazado es el que existe
actualmente con alguna pequeña modificación.
El general Fernández Silvestre visitó la nueva posición conferenciando
tanto con el coronel Morales como con el comandante Dávila, jefe de
operaciones de su cuartel general. Aunque mostrase un gran optimismo en
contraste con sus subordinados, es evidente que el general sabía que ya no
podía dar un paso más hacia su teórico objetivo de alcanzar Alhucemas. Y
de hecho no lo dio, salvo situar en marzo dos posiciones a orillas del mar
(Sidi Dris y Afrau) que le permitieran apoyo de la Armada, quedando la línea
sin modificación alguna hasta junio. Para no perder la perspectiva histórica,
mientras que en Melilla se habían detenido las operaciones, en la zona
26 El general Fernández Silvestre, como comandante general de Melilla, es responsable de
los hechos que sucedieron en la Comandancia. Pero evidentemente dentro de sus competencias.
No se le puede hacer responsable del licenciamiento de las tropas que cumplían
sus tres años de servicio militar, cuyo calendario de embarque estaba expresado en el DO
de 23 de diciembre de 1920 y que alcanzaba a 4.287 soldados.
Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2021, pp. 281-320. ISSN: 0482-5748