LA ESPAÑA DE 1919-1923 Y SU PROTECTORADO EN MARRUECOS 27
riamente brillante, en realidad una expresión más de la gran concentración
de la riqueza en unos pocos, en este caso el dominio del saber, frente a la
extrema pobreza del común de las gentes. Coincidían en esa encrucijada
algunos de los más destacados personajes de la mal llamada “generación del
98”, con Unamuno a la cabeza, Valle Inclán, Machado, Azorín, Pío Baroja,
Maeztu y varios más; a la par de otros de los representantes de la “generación
del 14”: Ortega, en lugar destacado, Pérez de Ayala, Gabriel Miró,…;
el poliédrico Eugenio D’Ors; el difícilmente clasificable Gómez de la Serna;
los “transgeneracionales” Juan Ramón Jiménez, León Felipe,… etc. y el
autor teatral más aplaudido entonces, Jacinto Benavente, que superaría los
límites de una y otra generación.
En la relación de obras publicadas en el quinquenio 1919-23 encontramos
muchos de los títulos de mayor éxito en la historia de la literatura
española, en los diferentes campos: ensayo, novela, teatro,… Recordemos
algunos, a modo de ejemplo, dentro de la más variada temática y objetivos:
La crisis del humanismo de Maeztu apareció en nuestra lengua en 191911, el
mismo año en que Benavente llevaba a las tablas El audaz y La fuerza bruta.
En 1920 surgió una amplia serie de grandes obras como Luces de bohemia,
de Valle Inclán; al tiempo que Unamuno daba a la imprenta uno de los poemas
más impactantes de la poesía española “El Cristo de Velázquez”; León
Felipe empezaba a publicar Versos y oraciones de caminante y Juan Ramón
Jiménez, su segunda Antología Poética. El mismo Unamuno escribía, un
año después, La tía Tula y Pío Baroja, El sabor de la venganza y Las furias.
Por su parte, Gabriel Miró nos legaba, Nuestro Padre San Daniel; Pérez de
Ayala, Belarmino y Apolonio; y Gómez de la Serna, la primera de sus novelas
La viuda blanca y negra, a la que seguiría, en 1922, El incongruente. En
esa fecha, Antonio Machado iniciaba otra singladura con Nuevas canciones.
Azorín abordaba uno de los grandes mitos literarios con su Don Juan. Gabriel
Alomar, entre la nómina de autores también importantes, aunque menos
conocidos, terminaba su obra La política idealista. Cerrando el periodo
al que nos referimos Eugenio D’Ors dio a conocer, en 1923, sus Tres horas
en el Museo del Prado. Hemos dejado para el final acaso al más influyente,
sobre todo en términos políticos, José Ortega y Gasset que cerraba su etapa
perspectivista, iniciada con Las meditaciones del Quijote (1914) y culminada
con La rebelión de las masas (1921) y El tema de nuestro tiempo (1923).
Otros muchos nombres merecen ser recordados, aunque solo mencionemos
algunos; como Juan Zaragüeta, García Morente, … etc. en el campo
11 Publicado por primera vez en inglés bajo el título Authority, liberty and function, Londres,
Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2021, pp. 27-74. ISSN: 0482-5748
1916.