342 LUIS EUGENIO TOGORES SÁNCHEZ
y los contingentes enemigos, y ni aun para esto atribuyo suficiente eficacia al
establecimiento en Sidi Dris, porque a esta presión o amenaza responderían
los de Beni Urriaguel sin descongestionar nuestro frente de Dar Drius, y con
iguales y hasta mayores motivos para obtener el apoyo de las kabilas cercanas.
Mirada como permanente la posición de Sidi Dris, como es notorio que
no equivale a Alhucemas ni aminora la necesidad de este otro establecimiento,
no parece recomendable, porque hemos de reducir y concentrar las bases
de apoyo militar normal a la acción de Protectorado, que es genuinamente
política. Las demás posiciones que se mencionaron, salvo el oficio que llegue
a corresponderles caso de integrar la operación contra Alhucemas, están todavía
menos recomendadas que la de Sidi Dris.
IV. En la región oriental establecidos los campamentos que el Gobierno,
a propuesta del Alto Comisario, autorizó –salvo cualquiera enmienda para
darles mayor fortaleza–, lo que interesa y se debe procurar es el efecto político,
no con abstención completa de la acción militar, sino ejerciéndola con
elementos móviles y sin trasladar a línea muy avanzada los pocos que han de
radiar nuestras influencias combinadas.
Una vez explicada la abstención de ir tierra adentro sobre los de Beni
Urriaguel, así para repoblación a retaguardia como para la evaluación desde
el régimen y ocupación militar y de inmisión política al régimen de Protectorado
que el Gobierno tiene por notorio programa, para la obra, en suma,
que importa a España sería muy opinable si aprovecharían o perjudicarían
nuevos avances en son de conquista. Mas, opínese como se opine acerca del
particular, lo que el Gobierno estima de modo claro y rotundo es que no se
puede dar tales objetivos al esfuerzo militar que se acometió en agosto. Expuse
en las reuniones de ayer las varias razones de esta imposibilidad y no
necesito repetirlas.
Si estuviese en sazón emprenderíamos ahora mismo el objetivo de Alhucemas.
Seria insensatez acometerlo cuando no está preparado y en estación
tan inadecuada, que bastaría un mal tiempo, ahora más inminente, para desbaratarlo
y frustrarlo. Débese hacer sin levantar mano todo cuanto conduzca
a aprovechar la más cercana ocasión oportuna, y aunque siempre hemos
preferido y preferiremos aminorar para tal designio el esfuerzo militar con
la acción política, debernos y necesitarnos apercibirnos para cumplir nuestro
propósito a viva fuerza, tanto en previsión de que persista la resistencia
material, cuanto porque tan solo habrá expectativa de aplacarla mostrando
nuestra resolución firme de dominarla por las armas.
La forzosa espera que el calendario impondría, aun cuando ya poseyéramos
todo el material adecuado y los demás elementos para la acometida, intervalo
que habremos de utilizar persiguiendo el allegamiento de tales medios
Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2021, pp. 342-348. ISSN: 0482-5748