EL GENERAL MANUEL FERNÁNDEZ SILVESTRE: ANÁLISIS DE… 377
Ya hemos visto cómo Silvestre recibió instrucciones de mediar a favor
de las cabilas, que comenzaban a perder la paciencia y amenazaban con
acogerse a la protección francesa, algo totalmente contrario a los intereses
de España que, justo en esos momentos, estaba ultimando los detalles del
tratado con el país vecino. Por tanto, su acción, en principio enfocada a la
labor de policía y exhibición de fuerza, parece una clara respuesta táctica
a la más que posible estrategia de presión del astuto Raisuni para forzar su
nombramiento como jalifa, que en estas fechas ya ve improbable y que le
provoca el consiguiente enfado y cambio de actitud para con España.
Ante esto, podemos asumir que Silvestre toma una decisión de mando
sobre el terreno basándose en las instrucciones del gobierno, el cual, con
sus bandazos, está demostrando realmente no saber cómo gestionar la relación
con el Raisuni ni qué postura tomar respecto a él, haciendo muy difícil
para el jefe de las tropas apoyar a unos sin molestar al otro. Por otra parte,
no sería de extrañar que el enfado del gobierno ante la acción de Silvestre
respondiese más a un intento diplomático de apaciguar al resto de países,
que consideraban que España había puesto en peligro la estabilidad de la
zona y que pedían, incluso, el relevo de Silvestre, que a un enfado real con
el coronel. Solo así se explica que, al tiempo que es reconvenido para que
no vuelva a contrariar al Raisuni, sea condecorado por la acción contra la
mehala en el río Mejazen. Una acción, dicho sea de paso, que muestra una
brillante capacidad táctica por parte del coronel Silvestre al posicionar, días
antes, a las fuerzas del capitán Ovilo dentro de la ciudad a la que, con toda
seguridad, iba a ir a refugiarse la mehala en caso de enfrentamiento.
Aunque España, retirando las tropas de la ciudad y sustituyéndolas
por un tabor indígena de nueva creación, consigue que finalmente el Raisuni
regrese a Arcila en calidad de gobernador, los incidentes con él irán en
aumento, porque considerará toda acción española como una intromisión
en la autoridad tanto del Majzen como de él mismo. Es el caso del establecimiento
de la Oficina Indígena de Arcila, la idea promovida por Silvestre y
que finalmente lleva a cabo el ministerio de Guerra en contra de la opinión
del de Estado. Ideada en los tiempos en los que parecía que el bajá de Arcila
accedía a todas las propuestas del gobierno español, ahora era causa de
desagravio al considerar este que iba a restarle autoridad al dar opción a sus
súbditos a acogerse a ella en busca de justicia.
Evidentemente, esta situación acaba degenerando en un continuo choque
entre la autoridad española, encarnada por Silvestre, y la del Raisuni, que
continuamente está buscando el modo de minar aquella por medio de incumplir
sistemáticamente todos los acuerdos y que, incluso, aprovecha el regreso
Revista de Historia Militar, I extraordinario de 2021, pp. 377-412. ISSN: 0482-5748