QUAD 2.0:
¿UNA OTAN PARA EL INDO-PACÍFICO?
Tras un impasse de diez años, la Iniciativa Cuadrilateral Australia-India-Japón-EE. UU.
conocida como Quad fue recuperada en 2017. A pesar de las evidentes diferencias
entre los miembros en cuanto a cultura estratégica, capacidad militar o percepciones
de amenazas, a todos ellos les interesa un equilibrio de poder duradero en la región,
libertad de navegación y un orden económico basado en la libre competencia. Asimismo,
los cuatro pretenden limitar la «diplomacia de la deuda trampa» de China y su coerción
para obtener sus pretensiones territoriales
César Pintado Rodríguez
Capitán reservista
Profesor del Campus Internacional de Seguridad y Defensa
INTRODUCCIÓN
Mucho ha ocurrido en una década,
desde que el primer proyecto de Iniciativa
Cuadrilateral o Quad fracasó
en 2007. El orden liderado por
EE. UU. en Asia lleva años diluyéndose.
China se ha vuelto más resuelta
y ambiciosa en sus reclamaciones
en los mares de China meridional
y oriental, sin olvidar su ambiciosa
Iniciativa Belt & Road (IBR) y los
despliegues de fuerzas que conlleva.
Para los miembros de el Quad,
la IBR se está revelando como algo
más que el proyecto de desarrollo y
conectividad que Pekín vende; también
como un medio por el que extiende
su esfera de influencia y mina
el orden económico vigente.
8 / Revista Ejército n.º 967 • noviembre 2021
De momento, los proyectos de la IBR
están planteados para proporcionar
ventaja a las empresas públicas chinas
y sus consecuencias para el equilibrio
estratégico del Indo-Pacífico ya
se están evidenciando. China ha sido
acusada de perseguir una agenda
de deuda trampa al ofrecer infraestructuras
para proyectos estratégicamente
importantes, pero comercialmente
ruinosos, a países que no
pueden pagarlos1. El ejemplo más
notorio ha sido el puerto de Hambantota
(Sri Lanka), cedido por 99 años a
China como pago parcial de su deuda2.
Los gobiernos de Malasia y Maldivas
intentan ahora evitar el mismo
resultado.