TEMAS PROFESIONALES
VIDAR (Visualización Inteligente de Datos) y DIANAR (Detección Inteli-gente
de Anomalías) respectivamente, para visualizar los datos de forma inte-ligente
y analizar y comparar las variables entre sí para obtener su relación
con la causa de modos de fallo de equipos.
Estas redes de sensores a bordo constituyen nuestra nube privada de IoT
(Intranet of Things). Para hacernos una idea de la dimensión de nuestra IoT,
hay que decir que el SMBC de un BAM tiene alrededor de 400 acelerómetros
distribuidos en unos 160 equipos monitorizados, lo que se traduce en algo más
de 5.000 señales virtuales y unos 200 Mb de información al día. Si tenemos en
cuenta que tenemos sensorizados 32 buques y que hay bastantes equipos
redundantes e iguales en diferentes buques, podemos ver la excelente base de
datos (BD) histórica de funcionamiento que constituye nuestra IoT. Esta BD,
la relación/implicación de los valores de los sensores en los posibles modos de
fallo desglosados y analizados en los FMECAs de los equipos, y su tratamien-to
mediante IA, nos va a permitir llegar a predecir la probabilidad de acaeci-miento,
su criticidad y el momento en que se van a producir los diferentes
modos de fallo.
Probablemente, no haya pasado inadvertido al lector que la solución
ATAVIA (con la capacidad predictiva de SOPRENE integrada) es una solu-ción
que reside en el CESADAR, en tierra. Es cierto que en el despliegue que
está previsto realizar en 2021, los usuarios de la I3D (Infraestructura Integral
de Información para la Defensa) podrán acceder a la aplicación y gestionar
sus análisis o visualizar los de los analistas del centro, pero también es cierto
que cuando los buques, destinatarios principales del sistema, estén navegando,
obtendrán esta información con retraso; por un lado los datos del buque se
envían en bloques solo por la noche, luego se encolan en la computación con
el resto de buques y, por otro, el acceso vía web está muy limitado por el
ancho de banda satélite disponible. En el caso de los submarinos, cuya baza
principal es la discreción y, por tanto, no tendrán la posibilidad de comunica-ciones
satélite más que esporádicamente, el problema se agrava, aparte del
menor ancho de banda disponible respecto a los buques de superficie. Todo
ello puede hacer que la detección o predicción no se obtenga a tiempo de
evitar daños catastróficos o de importancia. Estas razones, nos llevan a
concluir que es necesario llevar estas capacidades a bordo.
Para ello, se ha diseñado una doble línea de acción. La primera, la contra-tación
con NAVANTIA del desarrollo de un servidor de ATAVIA (sin módulo
predictivo) desplegable, denominado MEVIMAN (Módulo Embarcado de
Vigilancia de Mantenimiento). No se ha incluido la capacidad predictiva
porque los recursos de computación necesarios, a pesar de reducirse a los
sistemas y equipos de un solo buque, no son compatibles con la capacidad
existente a bordo actualmente y la idea es que estas soluciones no sean solo
aplicables a las futuras unidades (F-110), sino a toda la Flota. Se espera poder
empezar a desplegarlo en el primer trimestre de 2022. Se considera que
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