PSICOLOGÍA
El soldado del futuro
Comandante Psicólogo Mª del Pilar Gallardo Rodríguez
Unidad de Sanidad de la Agrupación de Cuartel General del Ejército del Aire
CUANDO hablamos de futuro rápidamente pensamos
en una enorme cantidad de humo, mezclada con varios
chistes de ciencia ficción. Pero pensar en futuro
es diseñar una estrategia, es imaginar las cosas que
deseamos alcanzar para, de esa manera, enfocarnos
en ellas con una actitud positiva. Poner el foco en el futuro de
las personas que integrarán las Fuerzas Armadas implica mirar
lejos con optimismo, con la vista puesta en lo nuevo como una
alternativa, no como una amenaza. El cambio y la diversidad forman
parte de la realidad de cualquier organización, también de
las instituciones militares.
Ante la volatilidad, la incertidumbre, la complejidad, la ambigüedad,
la velocidad y la inestabilidad, del entorno operativo
futuro, hay que adelantarse. Pero hay que hacerlo desde una
perspectiva apreciativa, desde la oportunidad. Como la que nos
brindan las personas que integran la llamada generación Z. Esos
jóvenes, aparentemente irreverentes al principio de autoridad,
que están irrumpiendo actualmente en todos los ámbitos de nuestra
sociedad, y que ya han llegado a nuestra organización, para
ser los soldados del presente y del futuro más inmediato.
Porque detrás de esa irreverencia que exhiben, hay personas
que tienen mucho que decir, que quieren compartir los valores
de la organización a la que pertenecen y sentir que su trabajo
contribuye a mejorar el mundo. Jóvenes que no tienen miedo a
equivocarse, que con un discurso argumental sólido y razonado,
con valiosas opiniones y con la ayuda de jefes inspiradores serán
capaces de gestionar mejor su brújula interior, siempre muy
tecnológica, para crear, innovar y, en un futuro algo más lejano,
liderar y dirigir la institución militar. Para que esta, con un lenguaje
distinto sea capaz de conservar sus valores, sus verdades inmutables,
y sirva de brújula de la sociedad española y de las nuevas
generaciones, garantía de la defensa, la seguridad y el bienestar
de todos los españoles.
Pero, ¿quiénes son estos jóvenes Z y que pueden aportar a
las Fuerzas Armadas? Los jóvenes Z son los verdaderos nativos
digitales, algo así como el homo digitalis, o la última especie en la
teoría evolutiva (Victoria Toledo Vita, 2020), que están provocando
una transformación radical de nuestra sociedad.
Nacidos a partir del 1993, en la globalización y en el cambio
de milenio, tienen actualmente 28 años o menos, ocupan los primeros
empleos militares de la jerarquía y están llamados a ser los
líderes del futuro. Son los primeros que han nacido, se han educado
y se han relacionado desde muy temprano con el acceso
libre y total a Internet, a la web y a todo el universo digital. Se trata
de una generación caracterizada por el uso de las nuevas tecnologías
y por la digitalización de las relaciones, de la información,
del conocimiento y de la comunicación en general. Su campo de
actuación transciende las barreras geográficas y temporales, lo
que marca y, en cierto modo, define su identidad.
Son dinámicos, emprendedores y autónomos, pioneros, audaces,
resueltos y temerarios. Tienen asumido que estarán aprendiendo
siempre, que la movilidad será una constante en sus vidas
y que el enriquecimiento en esta aventura será extraordinario. Han
nacido y crecido en la era de la incertidumbre y de las convicciones
escasas, del cambio vertiginoso y de la inestabilidad. Han
observado los errores de sus antecesores y tienen mayor sentido
de la responsabilidad. No están cómodos con los jefes jerárquicos
y busca líderes con los que conversar y compartir sus ideas.
La ejemplaridad es uno de los valores más respetados para ellos
y legitiman la autoridad de aquel que ha demostrado su maestría
y su autenticidad.
Al contrario de lo que se piensa, no son seres solitarios con
poco apego emocional, sino que siempre están en contacto con
su grupo y alimentan el compañerismo a otro nivel. Se relacionan
creando comunidades virtuales, con las que generan lazos fuertes.
Su forma de enfrentar y resolver los problemas es, por tanto,
colectiva. Al entender mejor la tecnología se dan cuenta de que
pueden hacer las cosas de un modo diferente.
En un escenario geopolítico y de seguridad de rápido y continuo
cambio, volátil, incierto, complejo, dinámico e inestable en
el que resulta difícil el proceso de toma de decisiones, el joven
de la generación Z se encuentra completamente mimetizado y
adaptado. Es, por así decirlo, su hábitat natural.
Los espacios no físicos de las operaciones en los que tendrán
que desenvolverse las unidades militares, especialmente el
Los jóvenes de la generación Z
son ya el presente y el futuro
de la organización
44 Revista Española de Defensa Noviembre 2021