Internet y nuevas
tecnologías Ángel Gómez de Ágreda
Coronel del Ejército del Aire
Doctor en Ingeniería
de Organización (UPM)
angel@angelgomezdeagreda.es
revista de aeronáutica y astronáutica / diciembre 2021
1052 internet y nuevas tecnologías
LA ESTRATEGIA DE LA OTAN PARA
LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL
En el mes de octubre, la OTAN
publicó su estrategia para la inteligencia
artificial (IA), un hito que
ya hacía tiempo que se echaba en
falta. La misma estrategia reconoce
que la IA va a afectar –o está
afectando ya– a las tres actividades
clave de la Alianza: la defensa
colectiva, la gestión de crisis y
la seguridad cooperativa. Por ello
mismo, se compromete a liderar
con el ejemplo la construcción de
un modelo cooperativo entre los
aliados para acelerar la puesta en
servicio de estas tecnologías con
respeto a los Principios de Uso Responsable
–que se desarrollan en la
misma estrategia– y a permanecer
atenta a la identificación y neutralización
de los intentos de uso malicioso
por parte de actores rivales
–estatales o no–.
Se pretende –no puede ser de otro
modo– integrar la IA en todos los
procesos de la Alianza. Todo ello respetando
siempre el Derecho Internacional
vigente, incluyendo el Derecho
Humanitario y la legislación sobre Derechos
Humanos.
El documento reconoce la primacía
de la I+D privada de carácter civil en
las tecnologías asociadas a la IA y, por
lo tanto, acuerda como prioritario el
establecimiento de una estrecha colaboración
con la academia y con la
industria privada. Colaboración que
tiene que venir acompañada del desarrollo
del talento interno y de una
fuerza laboral propia en los ejércitos
con la suficiente capacitación, una arquitectura
de datos robusta y segura,
y de las medidas de ciberseguridad
necesarias para conseguirlo.
A imitación de la industria, se anuncia
también la creación de DIANA, el
Acelerador de Innovación para Defensa
del Atlántico Norte, para desarrollar
estas iniciativas y fomentar la
cooperación entre los miembros.
Se propone también la creación
de unos requisitos de certificación
en seguridad de la IA comunes para
todos los miembros. Y la necesidad
de protegerse, no solo de los ataques
tecnológicos contra nuestros
medios, sino también de las campañas
de manipulación de la información
que pretendan cuestionar la
legitimidad de los desarrollos propios
en este campo. Para esto último,
la transparencia parece que podría
ser una de las claves principales a tener
en cuenta.
La parte central de la estrategia
son los Principios de Uso Responsable,
el modo en que la OTAN ha
denominado a su código ético para
la utilización de la IA. No es, desde
luego, la primera organización en
hacerlo. Más de 160 códigos éticos
han sido publicados desde que Satya
Nadella, el CEO de Microsoft,
elaborase su primera propuesta en
20161. Nadella proponía entonces
como principios la preservación de
la autonomía humana y de su dignidad,
la transparencia, la privacidad,
la responsabilidad y la ausencia de
sesgos.
Para la Alianza, los principios que
deben regir el uso de la IA (tanto en
el ámbito militar como con carácter
general) son:
– Legalidad. Garantizando el cumplimiento
de las normas de Derecho
Internacional, Derecho Humanitario
y los Derechos Humanos.
– Responsabilidad. Que implica
que los humanos que están detrás