CAPITÁN DE CORBETA JUAN MANZANO RUIZ,
COMANDANTE DEL BUQUE HIDROGRÁFICO MALASPINA
«Habrá que
actualizar la
cartografía náutica»
LA erupción del volcán cambió
los planes del Malaspina, que
tuvo que adaptar su campaña
hidrográfica en aguas de
Canarias, prevista antes de que comenzara
la catástrofe, a lo que estaba
ocurriendo en La Palma. Aprovechando
el desplazamiento y las capacidades
del buque, se modificó su misión
para que llevara a cabo labores de
apoyo a la crisis, como efectuar levantamientos
hidrográficos en playas
cercanas a las fajanas o fondear dos
sismómetros de fondo marino. De ello
se siente «muy orgulloso» el capitán
de corbeta Juan Manzano Ruiz, comandante
del Malaspina: «para mí y
para el resto de la dotación —asegura—,
ha sido una experiencia única y
llena de motivación, al haber podido
ayudar a la sociedad en esta situación
de emergencia».
—¿Cómo se desarrolló el despliegue
de los dos sismómetros?
—Era una maniobra compleja debido
al peso de los equipos, aproximadamente
unos 600 kilos, pero el buen
hacer de la dotación y las condiciones
favorables de mar hicieron que la operación
se efectuara según lo previsto y
sin contratiempos.
—¿Qué importancia tendrán los
datos que se obtengan para el estudio
de la erupción del volcán y de
los terremotos?
—Estos datos complementarán a
las estaciones sísmicas ya desplegadas
en tierra por el Instituto de Ciencias
del Mar de Barcelona, permitiendo
mejorar las localizaciones de los
terremotos, la resolución de la tomografía
sísmica, la estimación de mecanismos
focales y el estudio de señales
hidroacústicas.
—¿Qué resultados obtuvieron en
el reconocimiento de las playas?
—El objetivo era asegurar una canal
de acceso desde la mar, seguro y
libre de obstáculos para garantizar la
varada de las lanchas. Tras efectuar
un levantamiento hidrográfico con uno
de los botes que se emplean para trabajar
en aguas poco profundas, en
las playas de Puerto Naos y Charco
Verde, propusimos la primera como la
más idónea para los desembarcos.
—Cuando cese el aporte de lava
al mar ¿será preciso realizar una
campaña hidrográfica para actualizar
la cartografía náutica?
—Sin duda, para poder así garantizar
la seguridad de navegación de los
buques que transiten por la zona. Por
un lado, la generación de las fajanas
está modificando el contorno de la línea
de costa; por otro, el aporte de
material lávico al mar estará variando
notablemente la morfología del fondo
marino.
S.F.V.
y eran los únicos disponibles en España
cuando el volcán entró en erupción. Con
estructura de titanio, son equipos autónomos
dotados de sensores sísmicos de
banda ancha e hidrófono, con capacidad
para ser fondeados hasta los 6.000 metros
de profundidad; dependiendo de la
configuración, pueden permanecer en el
fondo marino un máximo de 19 meses.
De esta forma, la Armada y el CSIC
contribuyen a las labores de control, seguimiento
y estudio del proceso eruptivo
en La Palma, al registrar los terremotos y
tremor volcánico asociados a este evento
natural desde posiciones en la mar. Los
sismómetros proporcionarán una perspectiva
más amplia de observación de las
señales de los terremotos, al alejarse de
la fuente que los ocasiona, situada en la
isla, y reforzarán la cobertura angular que
proporciona el despliegue actual de estaciones
sísmicas.
DESTACAMENTO DE LA UME
Entre las tareas que se han encomendado
a la UME destacan las mediciones del
aire, que posteriormente se comunican al
puesto de mando avanzado. El Grupo de
Intervención en Emergencias Tecnológicas
y Medioambientales (GIETMA), junto con
personal del Instituto Geológico y Minero
de España, se encarga de detectar gases
como el dióxido de azufre y el de carbono.
Este equipo cuenta con un Vehículo Ligero
de Reconocimiento (VELIRE), cuyos
sensores permiten detectar, identificar y
tomar muestras ambientales de posibles
agentes químicos que emanan de la lava.
La UME controla también el traslado
de los agricultores a sus fincas, ya que
evalúa la calidad del aire y en función de
ello permite o deniega el desembarco de
las lanchas. Asimismo, colaboran en la
retirada de ceniza, en especial la que se
deposita en cubiertas y alcantarillado, en
previsión de precipitaciones. El consultorio
médico de Las Manchas y el colegio
Taburiente, del mismo municipio, han sido
dos lugares en los que los miembros de
la UME han intervenido para evitar que el
peso de la acumulación de la ceniza provoque
el colapso de las infraestructuras.
Esta labor se complementa con la vigilancia
de la evolución de las coladas, los
vuelos de reconocimiento y las tomas de
imágenes con drones RPAS.
José Luis Expósito/ Santiago F. del Vado
Diciembre 2021 Revista Española de Defensa 19
Malaspina A-31