RIESGOS
GEOPOLÍTICOS
Un aspecto novedoso que
se está incluyendo en la
actualidad en los documentos
de evaluación de
riesgos del cambio climático
por los Ministerios de
Defensa de algunos países
como Reino Unido y
EEUU, es la consideración
de un nuevo tipo de riesgos
a la seguridad asociados
al calentamiento
global: los riesgos geopolíticos.
Estos riesgos no se
refieren a los impactos
físicos del cambio climático
sino que aluden a la
reconfiguración del orden
mundial en la que estamos
inmersos producto de la
descarbonización de las
economías. Por un lado,
los países exportadores
de petróleo tradicionales
deberán realizar una transición
hacia nuevos modelos
económicos bajos
en emisiones de carbono,
que, de no llevarse a cabo de forma adecuada, pueden generar tensiones
geopolíticas. Por otro lado, la electrificación de la movilidad y
la transición verde y digital van a llevar asociada un incremento en la
demanda de algunos minerales, como las tierras raras o el litio, para
el que la Agencia Internacional de la Energía pronostica un aumento
del 90 por 100. Este aumento de la demanda en estos minerales ya
está alterando las cadenas de producción y suministro y, por lo tanto,
las relaciones comerciales entre las grandes potencias.
La falta de cooperación en explotación de recursos compartidos
sensibles al cambio climático, como es el agua, también puede
originar riesgos a la seguridad internacional. Sobre todo en aquellas
cuencas transfronterizas en las que la potencia hidrohegemónica lleve
a cabo acciones unilaterales, como podría suceder con China en
los ríos que nacen del Sistema de los Himalayas, en donde el cambio
climático está produciendo una reducción de la masa de los glaciares
y una disminución en la disponibilidad de reservas hídricas.
El Ártico constituye otro foco de posible conflicto geopolítico
relacionado con el cambio climático. En esta región, la temperatura
está aumentando al doble de velocidad que en el resto del planeta lo
que ha provocado el deshielo de casi un 40 por 100 de su superficie.
Este deshielo ha permitido
el establecimiento de nuevas
rutas comerciales y la
explotación de recursos
naturales, principalmente
de gas y minerales. Por
este motivo, en los próximos
años, el Ártico puede
llegar a ser un foco de conflicto
al existir múltiples y
divergentes intereses en la
zona, no solo de los países
colindantes sino también
de potencias más alejadas
como es el caso de China.
ONU Y OTAN
La complejidad resultante
de abordar el cambio climático
desde el punto de
vista de la seguridad, con
multitud de escenarios y
distintas vulnerabilidades
de los países, es palpable
en el seno del Consejo de
Seguridad de Naciones
Unidas. Hasta la fecha, los
estado miembros no han
sido capaces de aprobar
una resolución en la que se
manifieste de forma explícita
la repercusión del cambio
Stephen Morrison/EFE
climático en la aparición de conflictos. Esta cuestión ha suscitado
numerosos debates en el seno del Consejo pero el resultado final
siempre ha sido el veto de Rusia y China que se oponen a aprobar
una resolución al respecto pues consideran que existen otros
órganos dentro de la ONU que tratan de forma específica el cambio
climático.
Sin embargo, estas discrepancias no han impedido que se hayan
aprobado algunas resoluciones específicas que han contemplado
la contribución del cambio climático en el agravamiento de varios
conflictos específicos como en la cuenca del lago Chad, Somalia,
Malí, Sudán, República Centroafricana (RCA), República Democrática
del Congo (RDC), Irak y Chipre. En el caso de estas dos últimas
(resoluciones 2561 y 2587 respectivamente) constituyen los primeros
casos en los que el Consejo reconoció los efectos del cambio climático
en contextos no africanos.
Desde el punto de vista de la defensa, el cambio climático también
está cambiando el escenario operacional y táctico con importantes
implicaciones para la Defensa y las Fuerzas Armadas, como
lo demuestra la mayor participación de la UME para hacer frente a
fenómenos naturales.
Diciembre 2021 Revista Española de Defensa 53