44 ENRIQUE MARTÍNEZ RUIZ
En la mañana del 1 de enero de 1820, Riego leyó a las suyas un manifiesto
redactado por Alcalá Galiano, destacando la imposibilidad de seguir
obedeciendo por más tiempo a un gobierno débil y violento; y al terminar la
lectura, Riego proclamó el restablecimiento de la Constitución de 1812. Establecido
un ayuntamiento constitucional, el militar se dirigió con sus seguidores
a Arcos de la Frontera, que ocupó y encarceló al general en jefe y a su colaboradores
directos; allí recibió algunos refuerzos, entre ellos los de la guarnición de
Bornos, cuyo jefe fue encarcelado; al día siguiente, un bando imponía a todos
los habitantes del pueblo reunirse en la plaza para jurar la Constitución.
Por su parte, Quiroga no emprendió ninguna acción hasta saber lo ocurrido
en Arcos. Con las fuerzas adictas pudo ocupar el puente de Zuazo, pero
en San Fernando fue detenido por Hidalgo de Cisneros, ministro de Marina,
y los jefes de la plaza. El resto del día Quiroga no se movió pensando que el
éxito era seguro, pero dio tiempo a avisar a Cádiz, que pudo aprestarse a la
defensa y resistir el asedio. La columna de asalto enviada por Quiroga fue
rechazada, lo que supuso una nueva fase en el pronunciamiento. Quiroga con
su cuartel general de estableció en San Fernando. Riego decidió acudir en
ayuda del jefe del pronunciamiento al saber que había fracasado en el asalto a
Cádiz; el 5 de enero entró en Jerez, desde donde envió un mensaje por telégrafo
intimidatorio al gobernador de Cádiz y luego continuó hacia el Puerto de
Santa María y el 7 se reunían ambas columnas en la Isla, tras soportar ambas
un número considerable de deserciones: en total había nada más que 1.700
hombres de infantería. Además, entre los jefes sublevados había discrepancias
sobre el programa político que debería seguirse, pero eso no impidió que se
proclamara en San Fernando la Constitución, lo que Quiroga en nombre de los
sublevados comunicó en un manifiesto dirigido a Fernando VII.
Las tropas que permanecían fieles se limitaban a mantener algunos
destacamentos de observación. El gobierno designó al general Freyre para
combatir a los sublevados; reorganizó sus fuerzas, pero sin asignarles nada
más que misiones de observación, en la creencia de que la incitación a volver
a la disciplina y las promesas de perdón bastarían para provocar la deserción
masiva entre los sublevados, con lo que se resolvería la situación.
En realidad, hasta el 27 de enero un hubo más que escaramuzas entre los
dos bandos. Fue entonces cuando Riego decidió abandonar la zona con una
columna de 1.500 hombres para provocar otros levantamientos a favor de
la causa constitucional: a lo largo de mes y medio recorrieron casi 1.000
kilómetros por Andalucía y Extremadura (hitos significativos en su marcha
fueron Algeciras, Marbella, Fuengirola, Málaga, Antequera, Ronda, Morón,
Villanueva de San Juan, Estepa, Montilla, Córdoba y Azuaga), para concluir
el 11 de marzo en Bienvenida, donde acordaron disolverse los cincuenta
Revista de Historia Militar, II extraordinario de 2021, pp. 44-50. ISSN: 0482-5748