historia
VARGAS PONCE,
un marino ilustrado
Investigador y escritor infatigable dejó a su muerte varias
decenas de trabajos que hoy nutren una parte importante
del patrimonio cultural de la Armada
COMENZABA el mes de febrero
en el Madrid de 1821,
hace ya 201 años. El día 6,
el capitán de fragata José
de Vargas Ponce fallecía en su residencia,
la Casa de la Panadería de la plaza
Mayor de la capital, por entonces sede
de la Real Academia de la Historia
(RAH) de la que era decano.
Era el año de su 61º aniversario;
ya había tenido que dejar el servicio
activo a causa del asma, pero en
sus seis décadas de vida, sirvió con
brillantez a la Armada, a la historia
y a la literatura. También fue
especialista en política educativa y
hasta diputado en Cortes.
Además, su nombre está vinculado
al actual patrimonio documental
del Instituto de Historia y
Cultura Naval (IHCN), al de sus
archivos y al del Museo Naval de
Madrid, gracias a las investigaciones
y recopilación de información
sobre temas navales hechas en el
ejercicio de su carrera como marino
y a título personal.
HERENCIA BICENTENARIA
Precisamente, el próximo 20 de
junio se cumplirán dos siglos de la
entrega de parte de su legado particular
a la Mayoría General de la
Armada. Fue su hermano Manuel
quien hizo la aportación que luego
pasó al Depósito Hidrográfico y,
de ahí, al Archivo del Museo Naval,
donde se custodia en dos gru-
pos: uno de numeración arábiga y otro
romana. La singular colección reúne documentos
del siglo XIV al XVIII.
Pero la historia de José de Vargas
Ponce había empezado tiempo atrás,
en Cádiz, en 1760. Fue hijo de Tomás
de Vargas, auditor de Marina del Departamento
de la capital gaditana, y de
Josefa Ponce, quienes se preocuparon
de darle la más completa formación en
ciencias, humanidades y lenguas.
De ahí surgió su temprana afición
por la literatura y la historia. Su pasión
por escribir y capacidad de trabajo
fueron inagotables. Pasó la vida registrando
archivos, leyendo, extractando
todo tipo de libros, pergeñando
toda clase de obras, propuso reformas,
participó en comisiones
oficiales, hizo informes…
Se centró en labores literarias
y eruditas sin dejar de participar
en operaciones navales mientras
la salud se lo permitió. Seguir la
trayectoria de sus obras es ver
cómo un proyecto se ramifica en
otros muchos. Escribir e investigar
eran el leitmotiv de su vida.
GUARDIAMARINA
Ingresó en la Real Compañía de
Guardias Marinas (Cádiz) en
1782, a los 22 años. Durante esta
época tomó parte en la campaña
de Gibraltar, siendo uno de los
supervivientes de la flota que resultó
incendiada y hundida el 13
de septiembre de 1782, y gestó la
que será su primera obra publicada:
Elogio de Don Alonso El Sabio,
el rey Alfonso X; premiada por la
Real Academia Española (RAE)
el 15 de octubre del mismo año.
Cinco días antes había participado
en el combate de cabo
Espartel (norte de África) con
Retrato al óleo del capitán de fragata
José Vargas Ponce, nacido en Cádiz en 1760.
Museo Naval de Madrid
56 Revista Española de Defensa Febrero 2022