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decidía las relaciones internacionales.
Hoy en día todo el mundo habla
de la geopolítica con poca idea de
lo que significa. Para muchos no es
más que una palabra de moda para
hablar de las relaciones internacionales.
En este artículo, la definimos
más estrechamente como la interpretación
política de la geografía.
No es que la geografía determine
la política, sino que la política y las
relaciones entre los actores internacionales
dan significado a la geografía.
Por tanto, ese significado puede
cambiar. Durante la Guerra Fría,
Occidente estaba obsesionado con
la brecha de Fulda, la zona de Alemania
a través de la cual los carros
de combate soviéticos iban a invadir
Europa occidental. Hoy en día,
Fulda es un pueblo sin ninguna importancia
en medio de una Alemania
unificada. Ahora nos obsesionamos
con el corredor de Suwalki, la zona
en la frontera entre Lituania y Polonia
a través de la cual los carros de
combate rusos podrían establecer
un pasillo entre Kaliningrado y Bielorrusia.
Cuando cambia la política
internacional, cambia el significado
político de la geografía, la geopolítica.
Una interpretación amplia del ciberespacio
es que integra cuatro niveles:
el físico, el lógico, el de los datos
y el social. El nivel físico describe los
cables, tanto continentales como
oceánicos, por los cuales fluyen los
datos, los almacenes de datos y las
estaciones de conmutación. El nivel
lógico alude a las reglas y los protocolos
que permiten que internet
funcione. El nivel de los datos se refiere
a los contenidos de las comunicaciones
que pasan por las redes,
los datos de nuestros correos electrónicos
y los contenidos de nuestras
páginas web. Estos tres niveles
constituyen internet. Es el cuarto —
el social— el que lo convierte en el ciberespacio.
Ese es el nivel en el que
nos comunicamos entre nosotros y
también, cada vez con más frecuencia,
el nivel donde los dispositivos se
comunican en el de internet de las
cosas (de internet of things-IoT). Se
deben enfatizar dos aspectos de esa
estructura. En primer lugar, el ciberespacio
no existe solo en las nubes,
sino que está fuertemente arraigado
en el mundo físico. Por otro lado, sus
cuatro niveles generan polémicas
tanto políticas como geopolíticas.
Así, podemos hablar de una geografía
física del ciberespacio, que consiste
en la red de los cables continentales
y oceánicos y en los almacenes
y las estaciones de conmutación que
vinculan. Por razones históricas, el
80 % de los datos de internet pasan
por los cables continentales de los
EE. UU., lo que da a los americanos
una ventaja importante en el análisis
y monitoreo del tráfico de internet.
China busca reducir esa ventaja de
los estadounidenses incluyendo un
elemento digital —la ruta de la seda
digital— en su Iniciativa de la Franja
y la Ruta. Se debate cada vez más la
vulnerabilidad de los cables oceánicos
de internet. Es interesante que
su estructura —o mapa— refleje casi
exactamente la de los cables telegráficos
instalados por el Imperio
británico en el siglo xix. Así, el ciberespacio
no solo está fuertemente
arraigado en el mundo físico, sino
que es heredero de los requisitos de
un imperio europeo de hace más de
cien años. La primera acción beligerante
de los británicos en la Primera
Guerra Mundial fue cortar los cables
telegráficos alemanes que pasaban
cerca de la costa del suroeste de Inglaterra.
Hoy en día hay mucha preocupación
por las actividades de la
armada rusa en las mismas aguas.
Pero la geografía del ciberespacio
no solo es física. Existe otra virtual
en el cuarto nivel social que describe
las conexiones entre los nudos
de internet o del world wide web
(WWW). En el caso del WWW, esa
geografía virtual se refiere a las conexiones
entre las distintas páginas
web, que se ve en los «mapas»
de internet que se suelen publicar.
La estructura tanto de internet como
del WWW se puede describir como
una pequeña red mundial donde un
pequeño número de nodos o de páginas
web tiene millones de conexiones,
mientras que la mayoría de
dichos nodos o páginas web tienen
pocas. La relación entre los nodos y
el número de conexiones se describe
por una ley de poder (power law). Este
aspecto de la estructura de internet
es importante porque plantea la posibilidad
de que un número reducido
de ciberataques contra los nodos
con más conexiones podría dañar
internet en su conjunto. Un ejemplo
de este hecho fue el ciberataque
contra las páginas web del Gobierno
de Estonia en 2007. En ese caso,
unos activistas rusos querían protestar
contra el traslado del monumento
de un militar soviético, por lo
que lanzaron un ataque DDoS (denegación
de servicio distribuido) contra
las páginas web más importantes
del Gobierno. Tanto fue el daño
producido que el Ejecutivo tuvo que
desconectar Estonia de internet para
restaurar los servicios.
Hasta ahora hemos hablado del ciberespacio
en términos de geopolítica
clásica —la interpretación política de
las geografías físicas y virtuales del
ciberespacio—. Sin embargo, en los
últimos años ha surgido otro enfoque
en la geopolítica, la llamada geopolítica
crítica. A veces se dice que esta
disciplina mantiene la misma relación
con la geopolítica que la crítica literaria
con la literatura. Más importantes
para la exploración actual son tres
conceptos que la geopolítica crítica
ha desarrollado y que pueden ayudarnos
a analizar el comportamiento
de los distintos actores en el ciberespacio:
el campo geopolítico, la cultura
geopolítica y la condición geopolítica.
El campo geopolítico explora cómo
las estructuras del poder, ya sean los
Estados o los mercados, han producido
los espacios, territorios, entornos
y actores sociales. Como consecuencia,
un campo geopolítico es tanto el
contexto socioespacial de la función
política como los actores sociales,
los roles y las dinámicas espaciales
que constituyen el escenario. En términos
del ciberespacio, nos permite
indagar en cómo interactúan los distintos
actores estatales y no estatales
y de qué forma dicha interacción da
significado a las estructuras del ciberespacio.
No solo son importantes los
roles que los distintos actores desempeñan,
sino los que piensan que están
jugando.
La cultura geopolítica de un Estado
se define por su identidad espacial y
el debate continuo al respecto. En el
ciberespacio, se define por la manera
como el Estado opera en internet,
su sitio en las redes virtuales y el rol
que piensa desempeñar. La cultura
geopolítica influye no solo en si un