454 opinión la Alianza Atlántica combatiendo lo híbrido
revista de aeronáutica y astronáutica / junio 2022
(Comprehensive Approach) que incrementara la
coherencia entre las acciones militares aliadas y
las labores civiles de otros actores en operaciones
de gestión de crisis contra adversarios no-estatales
en estados débiles y fallidos7. De hecho, la intervención
en Libia (2011) podría ser un ejemplo
de estos conflictos híbridos cuya resolución duradera
solo podía alcanzarse mediante un Enfoque
Integral.
Fue necesario esperar hasta la anexión rusa de
Crimea (2014) para que lo híbrido se popularizara
entre la clase política y la opinión pública aliada.
Allí, unidades militares no-marcadas y actores
locales tomaron la península bajo la atónita mirada
de la Comunidad Internacional. Explotando
los clivajes sociopolíticos de la región y lanzando
una campaña multicanal de desinformación
dentro y fuera de Ucrania, Moscú fue capaz de
ocultar sus objetivos y negar de manera plausible
su responsabilidad hasta consumar la invasión.
La intervención rusa en el Donbass (2014-) ratificaría
esta difuminación de la frontera entre la
paz y la guerra por una amplia zona gris donde
la desinformación y los ciberataques tendrían su
hábitat natural. Desde entonces, estas herramientas
asimétricas, ambiguas, difícilmente atribuibles
y capaces de impactar sobre el conjunto de la
sociedad se observan en la OTAN o en la UE de
manera complementaria.
Los sucesos de Ucrania mediaron para que lo
híbrido se situara al frente de la agenda aliada.
Calificados por su Secretario General como «…el
reverso tenebroso de nuestro Enfoque Integral»8,
estos nuevos retos «…que emplean de manera
integrada una amplia gama de acciones militares,
paramilitares y civiles abiertas o encubiertas»9
ocuparon un lugar destacado en la Cumbre de
Gales (2014). En este encuentro se acordó desarrollar
herramientas para disuadir y responder a
las denominadas «amenazas de guerra híbrida» y
reforzar las capacidades nacionales. Varias de las
iniciativas allí expuestas –el refuerzo de la comunicación
estratégica, la realización de ejercicios con
escenarios híbridos, la mejora de la coordinación
con otras organizaciones o la elaboración de un
plan para contrarrestarlas– se consolidarían poco
después. Establecido en Riga en enero de 2014,
el Centro de Excelencia de la OTAN en Comunicaciones
Estratégicas se convirtió en uno de los
pilares de la organización para combatir la desinformación
y la propaganda. Meses después arrancó
el primer ejercicio con elementos híbridos para
adiestrar a los políticos, funcionarios y militares
aliados en estas situaciones ambiguas susceptibles
de paralizar la toma de decisiones. Muchos
de ellos acabarán contando con la participación
europea y se convertirán en un área de cooperación
fundamental entre ambas organizaciones.