de actuación. Por último, en los años
80 y 90 aparece el denominado ciberespacio
consecuencia de la generalización
de redes digitales.
Así, es como llegamos a la doctrina
actual5 donde aparecen los «ámbitos
de operación» con referencia expresa
a los espacios físicos y no físicos.
Entre ellos, el ámbito cognitivo, que se
centra en la percepción humana y sus
complejos matices, y en como aproximarse
a ella de forma que se consiga
la influencia deseada.
Este ámbito, referido a lo intangible
e inherente al ser humano, afecta a
la capacidad de juicio y toma de decisiones,
lo que se relaciona con el
abanico de posibilidades que la neurociencia
y el juego de las percepciones
e ilusiones abren; la finalidad
es conseguir modificar voluntades
y conseguir el grado de influencia
deseado en una determinada audiencia,
lo mismo que Maskelyne o Houdin
buscaron.
La lucha por el predominio en este
ámbito ya se ha iniciado y al igual
que las estratagemas o la magia, el
que disponga de nuevas herramientas
o más capacidades podrá lograr
esa sorpresa e influencia. Ya no nos
sorprende que superpotencias inviertan
en el conocimiento detallado
del motor de las percepciones
que representa el cerebro y el propio
Obama, en 2013, iniciaba uno de los
mayores retos para la neurociencia,
levantar el mapa de la actividad neuronal
completo; hablamos del conocido
proyecto BRAIN (Brain Research
through Advancing Innovative Neurotechnologies)
24 / Revista Ejército n.º 976 • julio/agosto 2022
6.
Es el cerebro el que construye la realidad,
lo real y lo imaginado, incluso
implican la misma fuente del cerebro,
por eso los magos son considerados
maestros de la cognición humana. El
combinar conocimientos sobre el cerebro
(la persona) y las posibilidades
de crear ilusiones o efectos (ilusionismo)
pueden aumentar las opciones de
cómo distorsionar esa realidad buscando
un determinado efecto. La capacidad
de influir siempre ha existido,
pero hoy estamos viviendo un mundo
de posibilidades exponenciales, principalmente
por el alcance y difusión
de las nuevas tecnologías, provocando
un cambio real en el entorno operativo
actual y concretamente de la
mano del ámbito cognitivo.
Puede sonarnos a ficción y lejano,
pero cuando los «Cinco Ojos»7 crearon
una unidad de «cibermagos», con
la misión de poder condicionar las
percepciones de una audiencia empleando
técnicas de manipulación social,
muchos se dieron cuenta que se
abría una nueva era de ilusiones provocadas,
posible en todos los conflictos
y en la denominada zona gris. El
origen, era un powerpoint8 de 50 trasparencias,
filtrado por el ex agente
del Agencia de Seguridad Nacional
(NSA), de los Estados Unidos, Edward
Snowden, donde se veía el interés en
desarrollar nuevas tácticas de influencia,
decepción y engaño con el
empleo de técnicas que van desde el
marketing hasta la magia.
FUTURO «MÁGICO»
La llegada y posibilidades que ofrece
el nuevo ámbito cognitivo nos debe
motivar a potenciar esa imaginación
y creatividad a la vez que desarrollar
una cultura organizativa que promueva
la innovación, tanto en las capacidades
actuales como en los procesos
de aprendizajes, sin olvidar la mentalidad
transversal que requieren. La
imaginación, como algo que nos lleva
al futuro, facilitará esa innovación que
nos permitirá obtener tener una determinada
ventaja militar, aspecto que
no debemos obviar al igual que están
haciendo otros ejércitos. Las organizaciones
modernas o determinados
países de referencia lo han visto claro
y la están potenciando como valor
alineado con el nuevo liderazgo y desarrollando
metodologías específicas
para asegurar su implementación.
Manual oficial de la CIA sobre el truco y el engaño