5
5. El énfasis de la actividad se hace
tangible en el servicio prestado.
6. Existe una organización de profesionales
de cada ramo, creada y
autogobernada por ellos mismos.
LA PROFESIÓN MILITAR
La profesión militar, incardinada en
este entorno, adquiere un carácter específico
como consecuencia de dos
transcendentales cualidades de las
que se requiere ser plenamente consciente
y de las que no se puede tener
una vaga e imprecisa información:
— La primera es que, en su ejercicio,
se asume poner en riesgo la propia
vida por objetivos ajenos al interés
personal. Ésta no es exclusiva del
mundo de la milicia, pues está presente
también en otros colectivos,
como las Fuerzas de Seguridad.
— La segunda está implícita en los
militares y supone aceptar que, en
el ejercicio de la profesión, los instrumentos
del oficio se emplearán
para llevar a cabo acciones que,
en algunos casos, generarán pérdidas
de vidas humanas.
En este contexto, la profesión militar
se puede definir como una actividad
desarrollada por unos profesionales
que, tras una específica y profunda
preparación, dedican todos sus esfuerzos
al estudio, preparación, desarrollo,
manejo y consecuencias del
uso de las armas.
La responsabilidad que asume esta
profesión obliga a sus componentes
a una reflexión intima sobre la misma,
de la que emana un componente vocacional
que se reafirma y adquiere
sentido en la asunción de unos principios
y valores que, descansando de
la tradición, son válidos en el presente
y proyectados al futuro, conforman
un estilo de vida, permanente o temporal,
de entrega, generosidad y defensa
militar de la sociedad a la que
pertenecen.
Este conjunto de profesionales forma
una institución denominada Fuerzas
Armadas, cuya misión fundamental
es la defensa nacional.
En España, las Fuerzas Armadas están
constituidas por decenas de miles
de hombres y mujeres que desempeñan
su labor, en una inmensa mayoría,
con dedicación, abnegación y sacrificio
en su función de servicio a sus
conciudadanos, conscientes de que
el colectivo al que pertenecen tiene
un propósito que trasciende los valores
egoístas de la persona en favor de
otros más elevados como: deber, honor,
patria…
Sobre esta institución se han vertido
opiniones de toda naturaleza, por
lo que espigando entre las mismas,
procede reseñar las que se considera
que tienen mayor nobleza y enjundia:
Don Martín de Padilla1, Adelantado
Mayor de Castilla, decía sobre ella:
«El oficio de soldado es tan honroso,
que no cumple con él ni puede llamarse
soldado, el que no tuviere el mejor
de los estados; porque ha de parecerse
en obediencia, virtud y devoción al
religioso; en valor, largueza y verdad
al caballero; en el amor y providencia
al padre de familia; en prudencia
y elocuencia a los más sabios; en diligencia
y paciencia al buen marinero».