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Ejército de Tierra español 897

98  REVISTA EJÉRCITO • N. 897 DICIEMBRE • 2015 El jefe del Grupo Táctico en el CECOM serbio tratar todos, o casi todos los temas, de forma natural. Es el tiempo que se pasa con el compañero de al lado lo que finalmente resuelve este problema. Pasemos al tema de los distintos procedimientos. Si bien es cierto que están incluidos en el apartado de las ventajas de la multinacionalidad, al menos la posibilidad de conocerlos e intercambiar ideas, es en el momento de la conducción de las operaciones donde surge el problema de saber si su correcta aplicación cumple con el propósito del Comandante. Proponemos otro ejemplo, aunque no de una unidad del GTLP. En la gestión de las crisis de UNIFIL la transmisión de la información debe ser inmediata. Sucedió un incidente en el área de responsabilidad del batallón indio que fue informado horas después. Cuando se les recriminó por ello, los oficiales de este país adujeron que en su sistema los informes diarios se realizan a una hora determinada del día, independientemente de lo que hubiera sucedido. La solución a este problema es un periodo de instrucción y adiestramiento comunes, cosa que, hasta la fecha, solo es posible con el contingente salvadoreño. No obstante, como elemento que puede paliar estas situaciones, la presencia de oficiales de las diversas nacionalidades en la plana mayor ha favorecido que los problemas derivados de estos distintos procedimientos se puedan prever. concisa. Para este caso, la adecuada ponderación de personal de todas las nacionalidades en el centro de operaciones tácticas (TOC) es la mejor solución. Otro consejo útil es poner por escrito las órdenes que se dan de forma verbal, si la situación lo permite, de manera que se puedan clarificar los puntos importantes y resolver posibles dudas. Tal es así, que ha sido necesario establecer dos mallas de batallón, una serbia y otra española, de forma que los jefes de patrulla se relacionen con el TOC en su lengua materna para asegurar no perder un ápice de la información, y saber que las órdenes que se imparten son perfectamente comprendidas. Un caso curioso es la relación con nuestros hermanos de El Salvador que, evidentemente, emplean el castellano. Pero el uso de diversas palabras, con distinto significado, conlleva errores. Una anécdota puede reflejar esta situación. Una patrulla de El Salvador informa que ha visto cuatro carros en determinadas coordenadas, coordenadas que están en territorio libanés. La lógica sorpresa del personal del TOC, que se imagina cuatro carros de combate israelíes dentro de Líbano, les hace solicitar que se amplíe la información. Esta llega dando el modelo y color de cada uno de los «carros». El personal de Centroamérica emplea la palabra «carro» para designar nuestro «coche» o «automóvil». He ahí el final de la historia…, y del susto. En cuanto al asunto de las diferentes sensibilidades y mentalidades, una palabra mal colocada o sacar determinados temas de conversación pueden provocar situaciones desagradables. La solución, aunque clara, no es fácil, y pasa por tener un conocimiento profundo de la historia y la cultura de aquellos que se han embarcado en esta aventura con nosotros. También es cierto que, con el paso el tiempo, surge esa confianza y compañerismo que se ha citado anteriormente y se llega a poder


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