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Revista del IEEE 6

159 Daniel Rajmil Oriente Próximo; Disuasión y Disuasión nuclear de manera distinta por actores equiparablemente racionales.39 Esto conlleva una situación donde dependiendo del actor se dará más importancia a los riesgos o a los beneficios de iniciar una acción, también a una estrategia ofensiva o preventiva. El mismo proceso de decisión pasa del lado del adversario, haciendo de todo el sistema de la teoría de la disuasión difícilmente funcional en las situaciones reales. Aparte de los cálculos, debería ser discutido qué significa racionalidad, ya que no es siempre es coincidente en las distintas administraciones o élites militares. La teoría de la disuasión no predice si los actores que iniciarán una acción son lo suficientemente racionales y si de serlo, lo harán en la forma prevista. Lo que hace la teoría de la disuasión es especificar aquellas condiciones en las que un estado no atacaría. La teoría de la disuasión extrae su rigor científico y su carácter predictivo a partir de la especificidad de la interpelación entre las variables críticas que afectan a los cálculos del iniciador. El problema de este proceso aparece cuando el que toma la iniciativa basa sus actuaciones en alianzas o políticas domésticas que no están recogidas en la teoría.40 Este hecho complica la ecuación de disuasión mucho más de lo que la teoría presenta. Por consiguiente, una primera crítica general viene del concepto de racionalidad, su definición y las condiciones de operatividad en las que puede ser considerada y, por lo tanto, no siempre predecible. Esto conlleva a la conclusión que la teoría de la disuasión presenta un modelo con ciertos condicionantes racionales en los que funciona, pero también donde varios factores inhibidos complican su resultado. Considerando que la teoría se construyó a partir del análisis de distintos casos de crisis, es difícil que una teoría hecha a partir de casos empíricos pueda ser adaptada a situaciones complejas, nuevas y diferentes.41 Como segunda crítica general, está el hecho de intentar relacionar disuasión y disuasión nuclear, siempre aceptando que las armas nucleares otorgan superioridad. Esto conllevaría a que todos los actores que tuvieran capacidades nucleares automáticamente ganarían superioridad militar, basándose en el argumento de que instantáneamente disuadirán a todos los oponentes. No obstante, las armas nucleares no evitan las guerras convencionales. Potencias nucleares se vieron envueltas en guerras convencionales. 39  ZAGARE, Frank C. The dynamics of deterrence, Chicago: Chicago, University of Press, 1987, pp. 2-6. 40  NED LEBOW, Richard and GROSS STEIN, Janice. Rational deterrence theory: I think, therefore I deter., World politics, vol. 41, No. 2, Jan.1989, p. 212. 41  ACHEN, Christopher H and SNIDAL, Duncan. Rational deterrence theory and comparative case studies, World politics, vol. 41, Issue 2, Jan. 1989, p. 150. http://revista.ieee.es/index.php/ieee


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