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Revista de Historia Militar 118

LA RELACIÓN COSTE/EFICACIA EN LA DEFENSA DE LA ESPAÑA IMPERIAL 121 Gracias al propio metal precioso americano, se construyó a lo largo del siglo XVI una amplia red de plazas bien fortificadas. No obstante, el situado fue la principal fuente de financiación de la defensa pero no la única, pues también se destinó la sisa, un gravamen variable y eventual similar a un arancel que los cabildos locales solían imponer a la entrada en la ciudad de algún producto35. Hubo reclutas realizadas en Castilla para el envío a los presidios y fortalezas indianas, pero tan mal pagadas que muchos las aceptaban con el objetivo de desertar y obtener pasaje gratuito a las Indias36. Por lo general, siempre adolecieron de guarniciones adecuadas para garantizar la defensa. Y ello ¿Por qué motivo? ¿Se desconocía la necesidad de soldados? ¿Se infravaloraba la ofensiva corsaria? Pues no, nada de eso, la necesidad de proteger tanto la Península como los territorios coloniales fue una de las mayores preocupaciones de la administración de los Habsburgo. El problema era simple y llanamente económico; el sostenimiento de amplias guarniciones militares en cada plaza era absolutamente inviable desde el punto de vista económico no sólo para el Imperio español sino para cualquier otra potencia de su tiempo. Por poner un ejemplo significativo, solamente el mantenimiento de un capitán y 50 soldados en la fortaleza de San Juan de Puerto Rico costaba más de dos millones y medio de maravedís37. Asimismo, en 1590, se estimó que sólo en salarios se gastaría en el mantenimiento de una guarnición de poco menos de 300 hombres en la fortaleza de La Habana más de 13 millones de maravedís anuales, mientras que los 244 soldados destinados en las fortalezas de Cartagena costaban al fisco más de 8,5 millones38. Y por poner un último ejemplo, los 409 soldados que había en la isla de Cuba en 1612 costaban a la hacienda pública más de 160 millones de maravedís, abonados del situado de Nueva España39. Su alto coste provocó que muchas fortalezas indianas en la primera mitad del siglo XVI mantuviesen guarniciones inferiores al medio centenar de hombres. Con tan pobres destacamentos era imposible asegurar ninguna plaza, pues un solo galeón enemigo podía disponer de medio centenar de cañones y 600 hombres. Pero Francisco: “Las fuentes que financiaron las fortificaciones de Cuba”, en Anuario del Archivo Histórico Insular de Fuerteventura, Nº 5, 1, 1992, p. 381. 35 Las murallas defensivas de La Habana, por ejemplo, se financiaron a través de una sisa sobre la entrada en la ciudad de vino y aguardiente canario. Ibídem, p. 368. 36 ESPINO LÓPEZ: La historiografía hispana…, p. 169. 37 ENCINAS, Diego de: Cedulario Indiano, T.IV. Madrid, Ediciones de Cultura Hispánica, 1945, p. 20. 38 Ibídem, pp. 58-59 y 63-64. 39 MARCHENA FERNÁNDEZ, Juan: Ejército y milicias en el mundo colonial americano, Madrid, MAPFRE, 1992, p. 65. Revista de Historia Militar, 118 (2015), pp. 121-146. ISSN: 0482-5748


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