Page 167

Revista de Historia Militar 118

166 LUCAS MOLINA FRANCO Al final se decidió emplear los planos que se habían adquirido y acometer la construcción en España de estos cañones con objeto de disponer de artillería de Ejército de calibre 15 cm y simultanear su empleo para lo que se conoció como “Defensa Móvil de Costa”. El EMCE determinó en 1944 el armamento que había de construirse para armar al ejército español debidamente, señalando que en el caso de este tipo de cañón pesado, las necesidades eran de 46 baterías,lo que significaban 184 cañones27. La Fábrica de Trubia fue la consignataria principal de los encargos para la construcción de estos cañones en España, comenzando la misma en marzo de 1945. Seis años después, en 1951, finalizaba la fabricación de la primera de las piezas, remitiéndose la misma a Cádiz, al Polígono de Experiencias “Costilla”, para realizar con ella un período de pruebas. Sea como fuere, tras diversas órdenes de construcción en diferentes años y cantidades, en 1963 se entregaba la pieza nº 17, última de las construidas. Veinte años después de la adquisición de la patente de fabricación, la industria española terminaba un proceso lleno de dificultades y contratiempos; pero si en 1943 el cañón era moderno y con una buenas prestaciones, en 1963 la pieza estaba completamente desfasada, a lo que había que añadir la inexistencia de direcciones de tiro adecuadas para su empleo28 y la calidad de los materiales utilizados en su proceso constructivo, que dieron más de un problema a los artilleros del Polígono de Experiencias donde se probó el cañón nº 129. 27 En un informe de la Fábrica Nacional de Trubia fechado el 22 de junio de 1947 y firmado por el coronel ingeniero de armamento José Lacleta, se afirmaba que en el otoño de ese mismo año estaría finalizada la primera de las piezas, teniendo previsto terminar otras tres –para completar la batería– a comienzos del año siguiente. Las previsiones, según los informes de la Fábrica, eran completar 24 piezas anuales “si se puede disponer de las primeras materias necesarias y créditos suficientes para el costo que representa”. Ninguna de estas previsión se llegó a cumplir. “Origen y principales características de algunos de los materiales de artillería en construcción y para ser fabricados por la Factoría Nacional de Trubia. 1947”. AFNFF. Leg. 15.301. 28 En el transcurso de los viajes del general Martínez de Campos a Alemania –presidente de la Comisión Especial para Material de Guerra– para negociar el “Programa Bär”, visitó diferentes empresas de armamento, entre las que hay que destacar la llevada a cabo a la casa “Hazemeyer”, donde estudió una dirección de tiro apropiada para estos cañones de 15 cm, que se fabricarían en España. AGMAV. Caja 24.711. Fondo del antiguo Ministerio del Ejército. 29 En la década de los años sesenta del siglo XX, el Ejército español había perdido el interés real por estos cañones, motivo por el cual nunca se integraron en ninguna unidad de Artillería, permaneciendo más de una década almacenadas en varios parques y maestranzas, pasando después a adornar los jardines de diversos acuartelamientos, como material de ornamentación. Se conoce la existencia de cañones de este modelo en los siguientes lugares: Sevilla (piezas nº 1 y 2 en acuartelamientos Torreblanca y El Copero, respectivamente), Zaragoza (pieza nº 9, Academia General Militar), Madrid (piezas nº 13 y 14, El Goloso), Cartagena Revista de Historia Militar, 118 (2015), pp. 166-184. ISSN: 0482-5748


Revista de Historia Militar 118
To see the actual publication please follow the link above