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Revista de Historia Naval 131

ÍñIGO BERNAOLA MARTÍN una familia vinculada al mayorazgo de los Salazar Muñatones y a los sectores de la alta sociedad urbana. Su padre fue alcalde de Bilbao, y su abuelo paterno, diputado general del señorío y regidor capitular de la villa (14). Este trasfondo portuario y marinero haría que a los catorce años, reinando Fernando VI —uno de los grandes impulsores de la Marina (15)—, ingresase en la Armada, como otros tantos jóvenes de origen hidalgo contemporáneos suyos nacidos en el norte vizcaíno. Aquí, en la Marina, discurrirá toda su vida profesional, en el curso de la cual irá accediendo a todos los empleos hasta alcanzar el de teniente general o almirante, y desarrollará una vasta labor militar, científica y organizativa. Las universidades de la España de Carlos III seguían ancladas en un concepto excesivamente escolástico del conocimiento, pero al margen de ellas surgirán focos alternativos de cultura, incluso enfrentados a aquellas, auspiciados por determinados miembros de la aristocracia, la Iglesia y la alta burguesía urbana. En estos cenáculos se cultivará una cultura de élite donde se exaltará la faceta social del hombre por encima de toda inclinación trascendental, y que pospondrá la metafísica al desarrollo de las ciencias exactas, las matemáticas, la física moderna y las ciencias naturales (16). En este contexto, que coincide con el reinado de Carlos III (1759-1788), desarrollará su actividad formativa y profesional Mazarredo, no solo en el ámbito militar, donde muchas instituciones científicas al margen de la Universidad desarrollarán este programa ilustrado, sino también en las que comenzaron siendo tertulias locales y acabaron por convertirse en auténticas academias. Tal fue el caso de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País, la más antigua en su género, en alguna de cuyas comisiones, como la de industria y comercio, Mazarredo llegó a participar muy activamente en su calidad de miembro, actividad que prolongó en el seminario de Vergara, fundado en 1775 por la sociedad y donde impartió clases. Un ejemplo de esta interrelación entre el ámbito militar y el ilustrado —incluso cabría hablar de militarización de las instituciones científicas (17)— lo tenemos en la creación en 1778 de dos cátedras, una de mineralogía y otra de química y metalurgia, en el mencionado seminario, a instancias de una recomendación de Mazarredo al ministro de Marina, Pedro Castejón (18), todo ello con la intención de mejorar la mala calidad de las piezas de la artillería embarcada. (14) BARBUDO DUARTE, E.: Don José de Mazarredo…, p. 10. (15) En realidad, iniciativa y obra de su secretario de Hacienda, Guerra y Marina e Indias, Zenón de Somodevilla y Bengoechea, marqués de la Ensenada. (16) LAFUENTE-VALVERDE, 2003. Cit. en GUIMERÁ RAVINA, A.: «Mazarredo, un marino ilustrado…», p. 30. (17) GIL MUÑOZ, M.: «Cultura europea y milicia. Los oficiales de la Ilustración en la R.S.B.A.P.», en RUBIO DE URQUÍA, G., y GÁRATE OjANGUREN, M.M. (coords.): La Bascongada y Europa. Actas del V seminario de historia en la R.S.B.A.P. (San Sebastián, octubre de 1996). Real Sociedad Bascongada de Amigos del País, 1999, p. 267. (18) GIL MUÑOZ, M.: «Marinos ilustrados en la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País», en Revista de Historia Naval, núm. 57, 1997, p. 16. 14 REVISTA DE HISTORIA NAVAL Núm. 131


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