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Revista de Historia Naval 131

FEDERICO MAESTRE DE SAN JUAN PELEGRÍN miembros de su tripulación muertos (36). A veces, los buques de guerra británicos prestaban abiertamente ayuda a naves contrabandistas de Gibraltar para que pudieran desembarcar sus alijos en la costa española (37). Otro de los problemas con que se tuvo que lidiar durante estos años fue, como ya se ha indicado, la frecuente connivencia entre los contrabandistas y algunos componentes de las fuerzas encargadas de su represión (38). El 6 de marzo de 1840, bajo el ministerio de San Millán, la reina gobernadora, en virtud de real orden, ampliando la primera contrata de la empresa Llano Orts y Compañía extendía desde esa fecha su ámbito de vigilancia, que pasaba a abarcar desde el cabo de Creus hasta la desembocadura del Guadiana, comprometiéndose la empresa en aumentar el número de sus buques en toda esa costa con un bergantín, ocho faluchos de 1.ª clase y seis de segunda (39). Las desavenencias entre la empresa guardacostas y ciertas autoridades por la forma de actuar de sus empleados derivaron en conflictos tales como el ser suspendida en sus funciones por la junta de Cádiz, o el asalto a sus dependencias en la aduana de Sevilla por una turba que hizo pedazos el mobiliario y documentos existentes en la misma, ilustrativo de la gran indignación existente en toda Andalucía contra la empresa (40). También fue muy criticada la forma de proceder de la compañía en aguas de Nerja cuando los faluchos contrabandistas Galgo, Rosita, Flor de Mayo, Escupebalas y tres más desembarcaron despreocupadamente un alijo valorado en más de 500.000 duros, mientras la empresa de Llano y Orts alejaba rumbo a Algeciras a sus buques (36) El Constitucional (Barcelona), 30 de octubre de 1839. En otras ocasiones las víctimas mortales provenían de los guardacostas. Así, en el Archivo Parroquial de Alumbres (Libro de defunciones, años 1837-1849, f. 128v), con fecha de 10 de julio de 1846 existe una certificación en la que se hace mención de que juan Valero, natural de Alumbres, quien formaba parte de la tripulación del guardacostas San Jorge, había fallecido durante un combate mantenido el 7 de enero de 1839 contra el falucho contrabandista Rosita. En junio de 1846, durante un desembarco de contrabando en Puntas de Calnegre (Cartagena), fallecieron durante un tiroteo un sargento y un carabinero. Eco del Comercio, 28 de junio de 1846. (37) Diario El Constitucional de Palma (Mallorca), 26 de mayo de 1841. En este caso tres navíos de guerra británicos hicieron posible que el buque contrabandista gibraltareño de nombre El Galgo desembarcase en Tenerife una gran carga de tabaco, maniobra que no había podido conseguir en tres ocasiones anteriores por habérselo impedido el falucho español Espartero, perteneciente a la compañía de guardacostas. (38) El periódico madrileño Eco del Comercio, en su número del 2 de mayo de 1842, hacía referencia a su vez a una comunicación dirigida el 2 de abril desde Cartagena al diario Murciano Independiente, indicando que habían sido apresados seis carabineros y un sargento como cómplices del último alijo hecho por aquellas costas. A su vez, el Eco indicaba «Algunas cartas hemos recibido de distintos puntos denunciándose abusos tan escandalosos como el presente pero la falta de pruebas positivas en asunto de tanta trascendencia ha sido causa de que nos hayamos limitado a hacer tan solo algunas ligeras indicaciones para que vivieran sobre aviso los que pudieran abrigar semejantes pensamientos.» (39) G.ª jIMÉNEZ, pp. 91-102. (40) El Católico (Madrid), 1 de octubre de 1840; El Guardia Nacional (Barcelona), viernes, 2 de septiembre de 1840. 62 REVISTA DE HISTORIA NAVAL Núm. 131


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