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Revista de Historia Naval 131

EL TENIENTE GENERAL BLAS DE BARREDA y CAMPUzANO y EL DEPARTAMENTO... deraba debía remediarse con urgencia pues, como describirá posteriormente, «hallé que estaba totalmente indefensa y el Arsenal expuesto a un golpe de mano, siempre que cualquier enemigo de la Corona lo intentase. Por lo que sobre el mismo terreno observé el modo más fácil y útil de ponerlo a cubierto, que es fortificar las alturas inmediatas a la ciudad…» (34). Aunque no conocemos los términos de la exposición del conde de Aranda al rey, es lo cierto que el 1 de noviembre el brigadier ingeniero Pedro Martín Cermeño ya tenía orden de pasar a Cartagena para llevar a cabo el proyecto de fortificación de la plaza. Cermeño debía pasar previamente por Valencia para recibir instrucciones del capitán general, quien el 6 de diciembre expresa que debe «proyectar cómo disponer sus defensas, a fin de cubrir el considerable Arsenal, que con tanta importancia, y coste de la Corona se halla establecido», así como otros aspectos referidos a la futura progresividad de las obras en los resguardos que se construyan, los «puntos dispersos que deben ocuparse» y «que sean las obras practicables con la mayor brevedad; pues la intención de S.M. sería de que a la primavera se hallasen en estado: pero conviniendo yo que esto sea imposible, no puedo sino indicarlo a V.S. para que su talento aplique la idea, y disposiciones a la brevedad, que una cuidadosa vigilancia pueda cumplir cuanto antes». Cuando Cermeño llega a Cartagena, el gobernador militar, conde de Bolognino, está prevenido para que le facilite su cometido. También lo está el ingeniero director de las obras del arsenal, Mateo Vodopich, para que concurra a las operaciones por sí y sus subalternos, de manera que el proyecto quedó redactado el 30 de abril del año siguiente y fue remitido a las autoridades competentes (35). Pero habrán de transcurrir veinticuatro años para que todo este conjunto de fortificación permanente abaluartada y sus castillos exteriores quede rematado. El alojamiento de los forzados que se emplean en el funcionamiento de las bombas de los diques de carena constituye una preocupación constante (36), de modo que el intendente, de acuerdo con el capitán de maestranza, dispone construir un albergue provisional para estos penados. Pero en octubre de 1765, ya comenzada la obra, el comandante general, que no aceptó de muy buen grado esta construcción al realizarse sin solicitar su parecer y su permiso, decidió visitarla y comprobó personalmente que el edificio no reunía las condiciones necesarias para el objeto al que se pensaba destinarlo pues, dada su proximidad a las tapias del arsenal, era presumible que se produjesen con frecuencia fugas y alarmas de los reclusos. Así pues, ordenó al intendente (34) Carta del conde de Aranda al ministro de la Guerra, juan Gregorio Muniain, remitiéndole el proyecto de Cermeño. Cit. por RUBIO PAREDES, j.M.ª: La muralla de Carlos III en Cartagena. Murcia, 1991. (35) Archivo General Militar de Madrid, sign. 4-4-5-13. (36) ANC, PIIG, leg. 22. ya a mediados del año anterior una real orden había dispuesto que «de no poder los desterrados y esclavos del Rey, sostener por sí solos el trabajo de las bombas, prevengo a V.S. de orden de S.M. que como la necesidad hace ley, reciba los peones inexcusables a fin de interpolarlos con aquella gente en la expresada fatiga…». Año 2015 REVISTA DE HISTORIA NAVAL 87


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