Page 29

RHN suplemento 22 131

iban el propio Francisco javier Cisneros como jefe de mar y el comandante Gaspar Betancourt como jefe de tierra, quienes contaron con el auxilio de Alberto Fernández y juan Bautista Osorio como ayudantes de mar. Al anochecer del 14, con toda su documentación en regla y sin ningún cargamento de armas, para evitar las sospechas de los inspectores norteamericanos, el vapor zarpó del puerto de Nueva york, y a media noche, en Barnegal Sight, no muy lejos de la salida de la bahía de Nueva york, se abarloó con la goleta Queck Step, que lo estaba esperando. La goleta le transbordó el cargamento de armas que transportaba. Tras siete días de navegación, sorteando la vigilancia de los buques españoles de guerra, en la noche del 22 de mayo los expedicionarios se acercaron a la bahía de Manatí, en la costa norte y atlántica de la provincia cubana de Oriente, pero no consiguieron desembarcar y decidieron alejarse de la costa para evitar a los cañoneros españoles. Por último, el desembarco de expedicionarios y armamento se produciría en Punta Brava, bahía de Manatí (fig. 6, punto 7), durante las noches del 23 y 24 de mayo y se terminó a las dos de la madrugada del 25, aunque, por agotamiento del personal, no pudo desembarcarse la totalidad el armamento y del material transportado, que regresaría en las bodegas del barco nuevamente a Colón (Panamá), donde fondeó el 31 de mayo siguiente. En total, se consiguió desembarcar a 177 hombres del denominado «Batallón de Cazadores de Hatuey», a las órdenes por el comandante Gaspar Betancourt y de otros oficiales como josé Urioste, Francisco Payrol, Rafael de la Rúa, Emilio Loret de Mola, j. jordán, Luis Eduardo de Cristo, juan Castro Palomino y Manuel Pimentel, junto con una importante parte del cargamento de armas y de medicinas transportado, aunque no en su totalidad. Se componía este de 1.666 fusiles Enfield y 73 Springfield, 180 carabinas Spencer, 128.000 cartuchos metálicos para las Spencer y 300.000 para los fusiles, 20 sables, 246 machetes y 4 toneladas de pólvora. Estas fuerzas se incorporarían, poco después, al denominado «2.º Batallón de Las Tunas» del ejército insurgente. Tras su desembarco, la expedición sería atacada en tierra por fuerzas del Ejército español, que conseguirían hacerle varias bajas y prisioneros y arrebatarle parte de su cargamento, del cual consiguió llegar al ejército insurgente de Las Tunas solamente 800 fusiles y 180 carabinas. Desde Colón (Panamá), donde el vapor George B. Upton fue recibido por el coronel Loño y quince insurrectos más, con un pequeño cargamento de armas y municiones, el vapor regresaría a Cuba, donde acertaría a desembarcar muy cerca de Punta Brava. Tras este segundo desembarco, el vapor se dirigió al puerto de Nueva york, en el que fondearía el 20 de junio. El gobierno español formularía una dura protesta ante las autoridades norteamericanas (oficio de 29 de junio de 1870, presentado al G.S.C. por el diplomático español Mauricio López Roberts) al considerar que el vapor George B. Upton había violado la Ley de Neutralidad, por lo que pediría al secretario norteamericano de Estado, Hamilton Fish, la confiscación del citado vapor y su puesta fuera de servicio. 28 SUPLEMENTO N.º 22 A LA REVISTA DE HISTORIA NAVAL. Núm. 131


RHN suplemento 22 131
To see the actual publication please follow the link above