cales; solo el 10 por 100 de los fallecidos lo hizo en acciones de guerra—, 3.240 de ellos pertenecientes a fuerzas de Infantería de Marina. En definitiva, la Armada acumuló el 6 por 100 del total de bajas españolas registradas durante esta guerra, cuyo número se cifró en 81.240 hombres, en su mayor parte pertenecientes al Ejército de Tierra y a los voluntarios. Fuerzas navales de la comandancia general de Cuba y estrategia y plan general de defensa naval de Cuba y Puerto Rico Para poder desarrollar la importante labor de vigilancia y protección de las aguas y litorales de las islas de Cuba y Puerto Rico, la Marina de Guerra española destinada en la comandancia general del apostadero de La Habana, de la que dependían ambas islas, dispuso durante esos años de unas ocho unidades navales de 1.ª clase (un par de fragatas blindadas, cuatro de hélice y casco de madera y Figura 21: Fragata protegida Arapiles entrando en el puerto de La Habana dos grandes vapores de guerra y de ruedas), integradas en la denominada Escuadra de las Antillas. A estas había que añadir medio centenar de unidades menores que conformaban las Fuerzas Sutiles del apostadero: una corbeta, una decena de vapores de guerra de diferente tipo (de 2.ª y 3.ª clase), media docena de goletas, un bergantín y una treintena de pequeños cañoneros, muy útiles todos ellos para operar en cayos y ríos costeros, zonas de bajos fondos en las que las unidades mayores, por su mayor calado, no podían maniobrar. Estas fuerzas de menor fuste se distribuían por los puertos y comandancias de Marina de La Habana, Santiago de Cuba, Cárdenas, Matanzas y Puerto Rico. Finalmente, y dentro del denominado Tren Naval del apostadero, se incluían también algunas otras embarcaciones de diferente perfil y desplazamiento, como dos o tres trasportes de hélice, tres pontones y pequeñas lanchas y remolcadores de rada. Figura 22: Grabado de un vapor de guerra de 1.ª clase, de los seis que se integraban en la Al frente de estas importantes denominada Escuadra de las Antillas fuerzas navales, que constituían la durante la Guerra de los Diez Años de Cuba agrupación naval más poderosa de la época en toda el área americana, estuvieron tres prestigiosos y experimentados contralmirantes: josé Malcampo Monge, de mediados de enero de 1869 a AÑO 2015, SUPLEMENTO N.º 22 A LA REVISTA DE HISTORIA NAVAL. Núm. 131 35
RHN suplemento 22 131
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