MIISIIONES IINTERNACIIONALES RECUERDOS DE UN DESPLLIIEGUE Formación de la Unidad de Proteción en Besmayah (fotos PIO R/A II) UPROT A/I II 30 EL DESPLIEGUE El coronel Romero, Jefe de la Agrupación Apoyo a Iraq (A/I) II, decía al general Cifuentes: “Mi general, el contingente está preparado”. Con estas palabras se puso punto y final a la Fase de Concentración en Madrid y se dejaban atrás los duros meses de minuciosa preparación, las incalculables salidas por los campos de maniobras y el cumplimentar la parte burocrática y médica que no es menos importante que lo anterior. Abandonamos Paracuellos de Jarama el viernes 26 de junio, para tomarnos unos días de vacaciones hasta desplegar en Besmayah, Iraq. Era el momento de dedicar todo el tiempo, todos los esfuerzos y todo el cariño, a las personas que sustentan esta profesión y que llenan el hueco que durante meses dejamos, son las familias. Esas personas que trabajan en la sombra, nos ponen siempre una sonrisa incluso sin sentirla, para que nosotros podamos irnos bien. Pero todo lo bueno termina y sin apenas darnos cuenta, llegó el momento de abandonar la comodidad, dejar atrás a nuestros seres queridos y de iniciar la misión. Llegó nuestro momento. Si algunas palabras se me quedaron grabadas del general Cifuentes fueron “Ahora sois la envidia de la Brigada Paracaidista, espero que en unos meses seáis el orgullo de ella”, palabras que nos comprometían a todos a trabajar sin titubeo y a demostrar que por encima de todo estaba la misión. Una mañana de intenso calor salimos de Torrejón con destino Bagdad. Todo marchaba bien Sgto. Sergio de las Peñas hasta que cruzamos el espacio aéreo iraquí. El comandante del avión ordenó ponerse el casco, el chaleco antibalas, sentarnos en las plazas centrales del avión, bajar las ventanillas, no encender ninguna luz… Medidas que ponían de manifiesto que entrábamos en zona de guerra. Sobre las 20:00 h, hora local, un miembro estadounidense del aeropuerto subió al avión para decirnos “welcome to Irak” y darnos las instrucciones necesarias para realizar el Check-in. Al poner el primer pie fuera del avión, el intenso calor nos abrió los ojos y nos mostró de manera fulminante donde estábamos. A pesar de que era completamente de noche hacía una temperatura tan alta como pudiese hacer en España en las horas centrales del día. Esa noche tuvimos que quedarnos en el aeropuerto. Quizá al decir aeropuerto no describo cómo era aquello. El aeropuerto de Bagdad es una zona que pertenece a la Embajada de los Estados Unidos y donde, a pesar de ser Bagdad una zona azotada por el odio y por el yihadismo, esto debía ser cómo un oasis en el desierto. Tenía un comedor que contaba con una variedad infinita de comidas, un gimnasio extraordinario y una zona de ocio que contaba hasta con piscina. Todos andábamos un poco fascinados por todo aquello, pero aun así estábamos deseando llegar de inmediato con el resto de la agrupación a la Base “Gran Capitán”. Eso no se produjo hasta dos días después por causas del tiempo y de la tripulación. Los vuelos de personal siempre se realizaban
Boina Negra 284
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