que esta misma conducta se ha tenido en todas partes desde el rompimiento de las hostilidades, y es de desear que ninguna causa dolorosa nos obligue a cambiar de conducta …»25. Por primera vez se había demostrado la voluntad en la práctica de cumplir con lo pactado y suscrito en Trujillo en cuanto a regularización de la 130 guerra. 1.2. La Toma patriota de la ciudad de Caracas (Venezuela) A mediados de junio de 1821, previamente a la Batalla de Carabobo, un caso simbólico favorecido por la regularización de la guerra, fue el del coronel realista José Pereira quien, luego de haberse impuesto en Caracas a Bermúdez, se vio aislado al enterarse de la derrota en Carabobo. Pereira decidió buscar una salida por las costas de La Guaira, fue perseguido por el ejército patriota y deambuló durante varios días por el litoral central en busca de una vía hacia Puerto Cabello o de un barco que le permitiese embarcarse hacia ese lugar. Finalmente y sin salida, Bolívar, quien había llegado a la capital, le propone una capitulación honrosa, apegada a un ideario humanitario. A continuación pasamos a citar esta propuesta de rendición, remitida a Pereira, el 2 de julio de 1821: «… 1º-Vd., los demás jefes y oficiales de la división, no serán tratados como prisioneros de guerra, sino que permanecerán en libertad y se les concederán sus pasaportes para que se restituyan a la España europea, bajo la sola condición de que no podrán volver a servir contra Colombia, en la presente guerra, sino al paso que se vayan dando por su gobierno los canjes correspondientes. 2º- La tropa española quedará prisionera y con libertad de tomar o no servicio en las banderas de la república, los que lo deseen, o de establecerse en el país, como paisanos, si lo exigieren así. 3º- La tropa americana se licenciará para que se restituya a sus casas. 4º- Los jefes, oficiales y tropas conservarán y cuanto tengan propio en la división; y los jefes y oficiales llevarán consigo sus armas. 5º- Se hace extensivo el beneficio del artículo 4º a los paisanos que, en clase de emigrados, o de otro cualquier modo, sigan la marcha y la suerte 25 Carta de Simón Bolívar a Miguel de La Torre, del 10 de julio de 1821, en Vicente Lecuna (Compilador): Obras de Simón Bolívar. Caracas. Ediciones de la CANTV. 1982. p. 575.
REVISTA ESPAÑOLA DERECHO MILITAR 95-96
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