Page 25

EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL MAYO 2016

Seguridad y Defensa REVISTA EJÉRCITO • N. 902 MAYO • 2016  25  posibles para explotar las vulnerabilidades de adversarios más poderosos, se convertirían en uno de los principales problemas a los que deberían enfrentarse las Fuerzas Armadas del país. En otras palabras, la historia demuestra que la guerra irregular no es la alternativa pobre de la lucha regular sino su perfecto complemento, pues ambas formas de combate han sido, son y serán dos caras de la guerra, un choque violento entre dos voluntades enfrentadas para imponer sus objetivos políticos. Sin embargo, no puede descartarse que lo irregular vaya mutando progresivamente en híbrido y esta tipología de conflicto que combina las acciones encubiertas, el apoyo a grupos locales, el empleo de contratistas privados, criminales y fuerzas regulares, apoyada por una potente maquinaria propagandística y masivas operaciones de información, acabe convirtiéndose en uno de los principales quebraderos de cabeza del Pentágono. Precisamente, las estrategias híbridas y las medidas A2/AD constituyen las dos principales respuestas planteadas por los competidores de Estados Unidos para impedir que el país pueda proyectar su poder bélico y explotar su potencial tecnológico-militar y dos de las razones por las que el Pentágono ha lanzado la nueva Estrategia de Compensación. Fundamentado en la herencia de la RMA y en la inventiva de la industria americana, este proceso de innovación militar impulsado por los grandes desarrollos en robótica, biotecnología, nanotecnología, computación cuántica o big data puede motivar la consolidación de una nueva RMA en las próximas décadas y proporcionar a Washington, una vez más, la llave de la hegemonía militar en el siglo xxi. En conclusión, a pesar de las enormes transformaciones acaecidas en el panorama internacional desde el final de la Guerra Fría, las reflexiones del Pentágono han girado en torno a la innovación tecnológica como motor del cambio militar y su planeamiento de la defensa se ha fundamentado —exceptuando la «guerra contra el terror», que alteró el orden de prioridades propuesto inicialmente— en el mantenimiento de una brecha tecnológicamilitar con sus potenciales adversarios como herramienta para lograr la supremacía militar y la hegemonía política. Este tecnocentrismo no se explica solamente por el liderazgo tecnológico-militar del país o por la capacidad de innovación de su complejo militar-industrial, sino también por una cultura estratégica que prioriza la búsqueda de soluciones tecnológicas a cualquier problema estratégico, operativo o táctico que se cierna sobre el país. En este sentido, en los momentos inmediatos al final de la Guerra Fría, el planeamiento defensivo estadounidense estuvo marcado por la búsqueda de la revolución que —fundamentada en la aplicación de las tecnologías de la información en el ámbito de la defensa— no solo prometía contribuir al cobro del dividendo de la paz y solventar los interrogantes estratégicos del país una vez desaparecida la amenaza soviética, sino también ampliar su supremacía bélica frente a cualquiera de sus adversarios futuros. Aunque las campañas de Afganistán e Irak revelaron el nuevo rostro de la guerra y expusieron las limitaciones del nuevo estilo estadounidense de combatir, estos conflictos también permitieron acelerar la transformación hasta conquistar la revolución. Sin embargo, mientras Washington estaba articulando este cambio en la forma de combatir, las tecnologías vinculadas con esta revolución —armas inteligentes, drones, sistemas C4ISTAR o cibernética— se difundían globalmente, su acceso se democratizaba y numerosos países emulaban el modelo militar estadounidense, intentaban asimilar la revolución y adaptarla a sus necesidades o concebían medidas para acabar con la superioridad de esta RMA. Hoy en día, una vez cerrada la «guerra contra el terror» y con la mirada puesta en la región Asia-Pacífico, el Pentágono ha lanzado un nuevo proceso de innovación militar susceptible de motivar una nueva revolución. Basada en las capacidades tecnológicas del país, enfocada a garantizar la capacidad de acceso a cualquier punto del globo con independencia de las medidas A2/AD enemigas y orientada tanto a incrementar el vínculo con sus aliados y socios, como forzar a los potenciales competidores a iniciar una carrera de armamento que sus complejos militares-industriales no deberían poder seguir en el corto-medio plazo, la consecución de la Tercera Estrategia de Compensación no solo motivará el desarrollo de nuevos conceptos operativos, nuevas capacidades militares y nuevos estilos de planear


EJERCITO DE TIERRA ESPAÑOL MAYO 2016
To see the actual publication please follow the link above